Mi manual del bebé Octava edición | Page 98

Recién nacido

La ictericia

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Es el nombre científico del color amarillo en la piel y en los ojos del bebé, tan preocupante para algunos padres y que puede ser más o menos intenso. Las causas son muy variadas y en ciertos casos implica intervenciones médicas diversas, como cuando se presenta incompatibilidad de grupo sanguíneo o de Rh. Estos casos son fácilmente identificables y su manejo, por fortuna, es relativamente sencillo y muy efectivo, por lo general.
Existe también una situación llamada por los pediatras“ ictericia fisiológica”, que es de muy leve intensidad y puede durar la mayoría de los casos no más de cinco a ocho días, pero que en ocasiones puede prolongarse hasta el final del primer mes de vida del bebé sin que ello signifique que hay que preocuparse.
La explicación de lo que pasa en el organismo del bebé es sencilla. Durante el embarazo, a través de la placenta, el feto recibe el oxígeno que necesita para desarrollarse. Por ello requiere de una gran cantidad de glóbulos rojos que sean capaces de llevar la mayor
cantidad de oxígeno posible. Cuando nace, consigue el oxígeno a través de sus pulmones y allí el proceso es bastante más fácil. Por esto, muchos de los glóbulos rojos empiezan a sobrar y el organismo del bebé tiene que eliminarlos.
En el proceso de eliminación se libera la hemoglobina contenida en los glóbulos, la cual se encarga del transporte del oxígeno y se convierte, mediante procesos metabólicos normales, en bilirrubina. Un bebé necesitará tratamiento si el nivel de bilirrubina es demasiado alto o se está elevando con mucha rapidez.
La bilirrubina tendrá que ser eliminada a través del hígado, los riñones y la materia fecal, pero mientras eso sucede, el cuerpo permanecerá amarillo con mayor o menor intensidad. Pasado un tiempo no muy largo, dos semanas en la mayoría de los casos, máximo tres, el bebé volverá a tener su color rosado normal.
Encuentre la información sobre exposición al sol y vitamina D en la pág. 178