Mi manual del bebé Octava edición | Page 140

Desarrollo / Meses 10-12
Para corregirlos, se requiere que el niño, descalzo, camine en piso duro, césped o arena, y que monte en triciclo.
El niño debe mantenerse descalzo hasta que sus pies adquieran tono y mantengan el arco plantar interno aunque estén soportando el peso del cuerpo, lo que, generalmente, ocurre hacia los tres años. Entre tanto, sólo debe usar zapatos cuando esté caminando en sitios donde pueda haber cosas que le lastimen.
Los primeros pasos del bebé: pág. 150

Ansiedad por separación física

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El miedo extremo a separarse de las figuras con quienes el niño tiene apego, como padres, abuelos, cuidadores, o al hogar, se conoce como ansiedad por separación física.
La mayoría de las niñas y los niños entre 8 y 16 meses presenta el temor por la ausencia de un padre. En parte este patrón se da porque el bebé no tiene un claro concepto del tiempo y cualquier situación puntual de estar fuera de vista se asume como siempre.
Los investigadores aseguran que este sentimiento perdura hasta después de los seis años, cuando el niño empieza a socializar con un mayor número de personas extrañas o similares.
Es necesario tener en cuenta que cada niño necesita un período de ajuste, para lo cual la paciencia y comprensión de los adultos ayudan al pequeño a enfrentar su ansiedad por separación.
Algunos de los síntomas más frecuentes en la ansiedad por separación física incluyen aferrarse y resistirse a ser dejado en un lugar poco familiar; por ejemplo, la guardería o el centro de cuidado diario.
El miedo que experimentan algunos infantes a los nuevos ambientes y a las caras desconocidas es genuino. Para superar estos episodios, el niño necesita la ayuda de sus padres, quienes pueden crear experiencias positivas sobre su salida y regreso a través de una actitud calmada y segura que aliente al niño a aceptar personas confiables y ambientes seguros.
Por otra parte, se sugiere conversar con el niño o la niña sobre lo que siente para reconocer las sensaciones físicas que forman parte de ese miedo, de tal forma que tenga un espacio para expresar su temor y los padres conozcan más a su hijo o hija.
Algunos estudios muestran que aproximadamente 4 % de los niños que sufren ansiedad por separación física llegan a la edad escolar y no registran disminución, ni recuperación, de los síntomas asociados; es decir, ese miedo se transforma en trastorno de ansiedad por separación, lo cual requiere intervención profesional para evaluar y tratar los síntomas.