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Hay naciones en este continente americano que realmente dan pena y terror, sí, esa
es la palabra precisa… “terror”. Haití, Nicaragua, Honduras, Bolivia, Venezuela, Argentina
y otras más que se nos haría extenso enumerar. Sus ciudadanos hacen lo imposible por
llevar unos centavos a sus casas; otros piden limosna -así como se lee-, en las calles de las
grandes ciudades y otros simplemente se han suicidado. Cada dictador o presidente de estas
repúblicas que llega al poder, roba y roba hasta dejar al país en la quiebra casi absoluta. Y a
ellos no les preocupa. Por supuesto que nó.
¿Pero por qué no han estallado crisis financieras en América Latina como ha
ocurrido en Grecia? Gracias al aporte de los Estados Unidos que ha “prestado” (regalado es
el término exacto), millones de dólares para que eso no ocurra. En esto hay que alabar las
buenas intenciones y prácticas de los norteamericanos.
Si a lo anterior sumamos que estas naciones destinan gran cantidad de recursos a la
mantención de los ejércitos, soldaditos de plomo que no sirven para nada y están
“guardados” en sus flamantes cuarteles, la situación empeora, puesto que se deja de lado la
educación de sus jóvenes y con eso, se frustra el futuro de la población. Y de aquí se deriva
otro problema, cual es la altísima inmigración de colombianos hacia Chile, peruanos hacia
Chile, argentinos por todo el planeta, mexicanos y centroamericanos hacia los Estados
Unidos, etcétera, etcétera. Todos huyen del hambre y de la ignorancia en que los han
sumido sus dictadores y presidentes nefastos que han saqueado a sus respectivos Estados.
En el caso que nos ocupa, que es la problemática traumática por la que está pasando
Grecia, uno de los países más importantes que existen en el mundo desde todo punto de
vista, nos llama la atención la falta de solidaridad humana de parte de las demás naciones
que componen la llamada zona Euro. En específico nos referimos a Alemania, un país con
experiencias más que traumáticas después de la caída del Imperio del Kaiser Guillermo II y
posterior a la Segunda Guerra Mundial. Frau Merkel y sus ministros de finanzas deberían
comprender humanísticamente la situación coyuntural de los griegos. ¿Cómo? ¿En qué
sentido? Pues obligando al Fondo Monetario Internacional (FMI), a los salvajes y caníbales
entes financistas que han negociado anteriormente con Grecia, a condonar parte o la
totalidad de la deuda, como se ha hecho con algunas naciones latinoamericanas para evitar
el hundimiento y el hambre de sus pueblos desesperados. Pero no entendemos la posición
de la Canciller alemana, ni de los demás gobernantes europeos.
Barack Obama, para decirlo con “señas y luces” claras, es un fantoche, un pobre
diablo que vive una especie de “carnaval” propio en la oficina Oval de la Casa Blanca,
haciéndose fotos por selfie o bromeando consigo mismo o su personal inmediato. Sino
veamos la guerra perdida contra el Estado Islámico, el hambre de Haití y la dictadura de
Venezuela, que parece le importan un comino al estrafalario presidente estadounidense.
Otro “Plan Marshal” para Grecia no estaría mal, darle la mano a uno de los pueblos con
mayor historia del devenir humano y con un pueblo visceralmente culto e inteligente. Pero
nó, a Obama no le importa ¡Qué le va a importar si, como buen estadounidense, sólo piensa
en el soul, el rock, en las comidas de MacDonalds y en la Coca-Cola de cada día. Esa es
toda su cultura. Cree que con una solitaria llamada telefónica a Merkel para que presione a
los griegos a seguir negociando, ya lo ha hecho todo de su parte.