Mi libro mi vida en la prensa escrita | Page 44

Página 44 de 102 Se les nota drogados, con sonrisas que no son sanas o normales, producto de las drogas que han consumido a diario. Según hemos visto, los ejércitos de Siria e Irak, en el contraataque han ido venciendo al Daesh con relativa facilidad, arrebatándoles y liberando ciudad tras ciudad, pueblo tras pueblo, tomando prisioneros y observando las atrocidades que van dejando mientras huyen. Los túneles, la quema de petróleo, la destrucción de los pozos del crudo, los autos-bomba manejados por suicidas y los francotiradores, son las únicas “tácticas” de los terroristas del ISIS. Mientras Rusia, el ejército iraní, los Pershmerga kurdos, los Aliados occidentales y el renovado ejército iraquí, se manejan en el campo de batalla acordes con las tácticas militares tradicionales o convencionales. Evidentemente el Daesh está moribundo. Está dando sus últimos coletazos en Mosul, la ciudad que creían intocable por parte del enemigo; perdieron Dabiq, la urbe del “Apocalipsis” que tanto pregonaron los terroristas; así mismo la histórica Palmira les fue arrebatada y pueblo tras pueblo, fácilmente, como quien le arrebata objetos que sostienen los drogadictos en sus manos. ¿Qué sucederá cuándo el Estado Islámico quede reducido a una banda ridículamente pequeña, según vamos observando en estos acontecimientos? Morirá. Ya no tendrá la misma fuerza ni la misma voluntad ni intenciones. Y será peor para ellos cuando caiga muerto o preso su líder Abú Bakr al Baghdadi. Duraron poco esos asesinos drogados, sus líderes y organizadores fueron cayendo fulminados por los bombardeos, poco a poco y uno detrás del otro. Y su debilidad comenzó en el momento cuando la aviación rusa les destruyó los camiones cisterna que traficaban con petróleo vendiéndolo a la traidora Turquía. De igual modo, la diplomacia y el Alto Mando ruso alertó a Occidente sobre el juego traidor de los turcos y solamente así, se logró frenar el comercio y los millones de dólares que los terroristas ganaban con el trasiego del crudo. Desgraciadamente, el precio que tuvieron que pagar naciones como Francia y los mismos Estados Unidos, fue muy alto con los atentados terroristas; de otra manera, no se hubieran involucrado en el conflicto en Oriente Próximo, tal y como lo han hecho. La suerte está echada para el Daesh. Sus cobardes miembros huyen y los que no corren atemorizados, asesinan a los que ellos consideran traidores; es decir, se están aniquilando entre ellos mismos. Los combatientes internacionales, los jovencitos desorientados que viajaron desde América y Europa para unirse a los batallones de estos terroristas, han ido regresando desengañados a sus respectivos países, más aún cuando se dieron cuenta de que eran utilizados por el Estado Islámico, únicamente para manejar los camiones-bomba en los actos suicidas. Al regresar, han tenido que enfrentar a la justicia de sus países de origen por cargos tan serios como traición a la Patria, genocidio, terrorismo y crímenes contra la paz. ISIS encendió a Oriente Próximo. Ello ha sido evidente, muy evidente. Pero ese fuego destructor de vidas humanas inocentes, está siendo sofocado dichosamente. Con la caída de Mosul, la historia toma un giro distinto. Después de su total liberación habrá que ir detrás de los cabecillas, entregarlos a las autoridades iraquíes y sirias para ser ahorcados sin contemplaciones. Una vez extirpada la serpiente, volverá la quietud que todos anhelamos para estos pueblos y para el mundo entero.