Mi libro mi vida en la prensa escrita | Page 38

Página 38 de 102 Han Pasado 25 Años de la Barbarie BEIJING, China-Los innatos deseos de libertad, que son inherentes al ser humano; los cambios en el mundo que los jóvenes chinos sabían que se estaban dando vertiginosamente (la caída de Muro de Berlín y el bloque de países del Este que se derrumbaba); el cansancio de no tener siquiera lo elemental para vivir y el conocimiento preciso y cabal de que en el poder del país estaba una gavilla de personajes corruptos y criminales, todo eso hizo que miles de muchachos, estudiantes valientes y desarmados, se apersonaran poco a poco en la Plaza Tiannamen, en el centro de esta Capital, para hacer escuchar sus legítimas demandas. El politburó chino-comunista creyó que aquello se disiparía tan fácilmente, igual a la niebla de una noche cualquiera, de esas tantas que se dan en las zonas frías y húmedas de este enorme territorio asiático. Pero nó. Se equivocaron de medio a medio, porque los jóvenes seguían arribando a la plaza. Todos pedían en una sola voz, democracia, libertad en todos los órdenes morales, religiosos y socio-económicos. De eso han pasado ya 25 largos años y muy pocos se refieren a aquel hecho que se asemeja mucho a una épica moderna, que hubiese sido imposible de imaginar por el gran Homero, el cronista de la antigüedad. Simultáneamente, los blindados del ejército fueron llegando, sus orugas se abrían paso por el asfalto y el cemento que llevaba a la Plaza Tiannamen, donde sus improvisados e inesperados habitantes, los muchachos, hacían fogatas, corrían, reían exultantes, lanzaban vítores al aire, un aire que se veía contaminado por los aviones caza que sobrevolaban amenazadores el lugar. Y aquí viene "la bofetada” al poderoso ejército chino: un joven, cuyo nombre nunca se dio a conocer y su paradero tampoco después de su hazaña, detuvo a la hilera de tanques, mientras el conductor del primero de ellos trataba de eludir al joven manifestante. Una impronta que le dio la vuelta al mundo y que aparece en todas las enciclopedias impresas a partir de los años 90. Era el pueblo, el poder de un pueblo desarmado, que se enfrentaba a un Estado corrupto y militarizado, capaz de efectuar la peor sangría en aras de mantenerse aferrado al mando del país. Fue hace 25 años cuando los muchachos chinos se negaron a abandonar la Plaza Tiannamen. Los "flashes” de la prensa extranjera tomaban las instantáneas; los reporteros esperaban el desenlace creyendo que aquello no pasaría a más y que el gobierno de la China comunista, el Estado más hermético del mundo, reaccionaría con sapiencia, respetando a las vidas humanas ahí congregadas. Pero nó. Se equivocaron los corresponsales acreditados en el siniestro país. Los blindados comenzaron a disparar, los aviones sobrevolaban más bajo aún; la policía dio paso a la infantería del ejército y comenzaron a barrer toda muestra de vida humana que hubiera en la gran explanada. Los gritos de la juventud pidiendo democracia, se tornaron en alaridos impulsados por el terror; la sangre emanaba aquí y allá. Fue el día cuando el Sol se eclipsó y dio paso a una oscuridad que muchos llevamos aún en nuestro recuerdo. En estos días, en este 25 aniversario, la policía china, la misma de aquel fatídico año, ha prohibido periodistas, fotografías, alusiones, cables de prensa,entrevistas y todo lo que se dé para conmemorar aquella masacre de los estudiantes.