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Pero don Felipe, además del cetro de Monarca, acaba de tomar en sus manos "una
brasa al rojo candente”, pues el país no anda bien según sabemos todos.
La crisis inmobiliaria, no hay "pisos” (apartamentos), baratos para alquilar; los
empleos escasean, los despidos se producen fecha a fecha, las familias son desalojadas de
sus casas por no poder pagar la renta; la inflación es superlativa, impresionante y, por
supuesto, el descontento es total en la ciudadanía. Es por ello que, en las plazas de Madrid,
un grupo numeroso ha estado exigiendo referéndum para acabar con la Monarquía o seguir
con ella. Por el momento, el nuevo Rey, paradójicamente, ha gustado a la mayoría de la
población.
¿Y de su padre, don Juan Carlos I, qué podemos decir? Primeramente que cumplió a
cabalidad las instrucciones de Francisco Franco: "Usted tiene que propiciar el cambio
político en España, de la mejor manera y llevar al país a la democracia.” Le dijo. Y así lo
hizo. Ese era el secreto del Caudillo: devolver la libertad a todos los españoles, sin
derramar una gota más de sangre. Es por ello que don Juan Carlos es el gran propiciador del
advenimiento de la democracia, quien superó esas crisis golpistas que pretendieron hacer
regresar a España a los tiempos pasados. Finalmente, en el otoño de su vida, el saliente
Monarca tuvo que sufrir las investigaciones al esposo de su hija, la Infanta Cristina, don
Iñaqui Urdangarín, por un caso de corrupción que salpicó a la Casa Real. La reacción de
don Juan Carlos fue prohibirle la entrada al Palacio de la Zarzuela y aparecer públicamente
junto a la familia Real. Lo cierto es que el ex Rey ha sido vitoreado y, si lo vemos bien,
desde el punto de vista personal, ha cometido algunos pocos errores; pero desde el ángulo
político-administrativo, casi ninguno.
Es decir, en España hay democracia gracias a la visión futurista de Franco y a la
acción decidida de su sucesor, don Juan Carlos I. Otro signo "de mal agüero” que podrían
pensar los agoreros de Galicia, ha sido la actitud de los catalanes presentes en la investidura
del nuevo Soberano; así, Arturo Mas, presidente de la Generalitat de Cataluña y otros
diputados y senadores, se negaron aplaudir a don Felipe. Por eso, al salir a la calle, fueron
abucheados e insultados por el pueblo. Y es que pronto habrá referendum en esta región del
norte de España, en el que decidirán si continúan al lado de los españoles o Cataluña se
convierte en una nueva nación europea. Hasta con eso, Su Alteza Real, don Felipe VI,
tendrá que lidiar próximamente. Aún así, deseamos de todo corazón, ¡Larga vida al Rey!