Mi libro mi vida en la prensa escrita | Page 12

Página 12 de 102 –que para nada sirven, dicho sea de paso, y de donde saldrían libres indubitablemente esos mismos criminales-; estas decisiones “a la rusa”, nos invitan a seguir con mayor detalle la guerra contra el cobarde Daesh o mal llamado Estado Islámico, por parte de estos soldados rusos que son diferentes, según hemos detallado. No fue un misil tierra-aire de esos que se portan en valijas ejecutivas, muy al estilo James Bond, lo que hizo explotar al Airbus, porque era inalcanzable al encontrarse en altitudes muy elevadas; y tampoco se trató de una falla mecánica, muy a pesar de las afirmaciones y vuelta a afirmar de parte de la esposa del copiloto del avión. Es evidente entonces que le pusieron un artefacto explosivo al aparato, estando en el aeropuerto egipcio y lo hicieron explotar, ya fuera por control remoto desde tierra o por medio del famoso reloj que se programa también con antelación. Paz a los restos de los inocentes que ahí viajaban. Para Putin no será la problemática, porque, ya lo hemos dicho, actuará “muy a la rusa”, con despiadada frialdad, como se deshicieron del VI Ejército del Mariscal von Paulus en Stalingrado; sino que el lío será para los adormilados e irresponsables egipcios, quienes han sido los propiciadores de esta clase de atentados al bajar la guardia en sus aeropuertos a sabiendas de que el terrorismo “les respira a un costado de sus cabezas”… cabezas mismas que el Daesh podría cortarles de continuar en su letargo peligroso. ¿Y por qué será un problema para Egipto? Simple: porque los turistas occidentales preferirán dirigirse a los destinos más seguros o seguros del todo; porque las divisas por concepto de los visitantes internacionales, van a desaparecer o desaparecieron ya; y porque Alemania, Francia, Inglaterra, la misma Rusia y España –por el momento-, han decidido suspender los vuelos de sus compañías aéreas hacia ese país norafricano. Y como dice la vieja expresión: “¡Qué con su pan se lo coman!” Por ineficientes y suicidas estos egipcios de hoy. Por otro lado, el Daesh está dando sus últimos “coletazos”, la bestia está humillada por la aviación rusa y la infantería siria, que los está barriendo del territorio sirio; y, además, está letalmente herida. Son golpes de su cola cuando la han tirado panza arriba contra el suelo. La reacción puesta en práctica por los cobardes del Estado Islámico, como protagonistas de esta mala película de asesinatos monstruosos, es propia de eso… de su sed de sangre inocente y de su terror; es decir, nunca se podría esperar de ellos que ataquen de tú a tú a los pilotos militares rusos o a los soldados de tierra sirios; muy por el contrario… ante tales milicias, lo que hacen es huir cobardemente (y me gusta endilgarles la palabra “cobardía” a cada instante, porque eso es lo que son… “cobardes”). Son los mismos soldados de paja de Saddam Hussein los que componen el grosor del Daesh en la actualidad, los que cometieron ultrajes en Kuwait destruyendo las obras modernas y costosas de arquitectura, los que violaron a las mujeres kuwaitíes; y los que, ante la llegada de las tropas aliadas de occidente, tiraban sus rifles AK-47 y se hincaban ante sus enemigos de manera cobarde, porque eso es lo que son… cobardes. Es por ello que no se podía esperar otra cosa ante el embate ruso en Siria y atacaron al flanco más inesperado y más sensible: a la población civil, bajando a un avión pletórico de inocentes ciudadanos rusos. Ese es el Daesh, la cabeza de la serpiente que todos queremos aplastar sin mediciones de ninguna especie. Y es por eso que, cuando leemos en la prensa de guerra que uno de sus famosos yihadistas ha sido ultimado por los rusos o los sirios, nos alegramos profundamente y no escondemos, hipócritamente, nuestra felicidad. Por cada terrorista muerto en la tierra, hay un ángel feliz, exultante, en el Cielo. Eso es así y que venga el mismísimo Dios y lo vea.