a la comprensión de una meta-ética, estableceremos que los símbolos pueden ser convencionales o pueden ser sagrados.
2. El Símbolo Sagrado, y el Convencional.
Los símbolos sirven para construir estructuras culturales. Pero estos símbolos culturales, que tienen un despliegue relativamente corto en el tiempo, enmarcado en el tipo de predominio político o psicosocial que el sistema quiera imponer, son meramente CONVENCIONALES. Por ejemplo, un gobierno puede crear pánico, desinformación, optimismo, etc., sirviéndose de estructuras simbólicas y su difusión mediática para sostenerse en lo colectivo. Los incidentes de las torres gemelas, las armas de destrucción masiva, el desplome de las bolsas de valores, han legalizado la política antiterrorista en el mundo. Otros regímenes han utilizado“ masacres”,“ golpes cívico prefecturales”,“ bonos solidarios”, para mantenerse en el poder y sembrar la desinformación. Pero estos símbolos, sólo perduran por un tiempo determinado por lo cual se desactualizan rápidamente.
No ocurre lo mismo con un particular tipo de símbolo, que puede perdurar durante mucho tiempo y permanecer latente en el inconsciente colectivo gracias a su poderosa y peculiar fuerza mnuminosa que siempre permanece potencial. Este tipo de símbolo es al que nos referimos como SÍMBOLO SAGRADO.
Es por eso que los símbolos sagrados, al contrario de los convencionales, meramente culturales, son resabios de contenidos mnuminosos arcaicos cuyo repositorio es el inconsciente colectivo de la humanidad. Por lo tanto, acceder a estas simbologías es constituirse en el continente de la POTENCIA RACIAL, una fabulosa cantidad de energía; es retrotraerse a los mismos orígenes de la humanidad, y esto denota desde ya, su importancia de cara a la comprensión de muchos contextos vitales para aproximarnos a una meta-ética.
Si los símbolos convencionales, meramente culturales, son traumáticos, los símbolos sagrados ATURDEN al sujeto que se enfrenta de lleno a su despliegue psíquico. En el acto ético fundamental que se produce por la tensión energética, el dramatismo es sumamente grande, y la actitud típica de un sujeto psicológico, es decir, la mayoría de los seres humanos, resulta inevitablemente en sumisión, temor, confusión, postración, desconcierto, duda, consternación, crisis, etc.; Es decir, el poder del símbolo sagrado es demasiado grande y por lo tanto ENERVA COMPLETAMENTE LA CAPACIDAD VOLITIVA DEL SUJETO.
Mas adelante haremos un estudio tipológico, para establecer el acto ético del hombre y la mujer occidental ante la emergencia del símbolo sagrado, pero adelantaremos que hay un tipo psicológico que tiene la capacidad energética de oponerse a la influencia del símbolo sagrado con alguna posibilidad de éxito, y como ya intuirá el lector, este tipo psicológico corresponde al individuo que ha desarrollado una comprensión meta-ética. Sin embrago, debemos afirmar que la gran mayoría de las personas son incapaces de evitar la captura
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