reafirmar una ley del cerco, afianzando la centralidad, que es atributo de toda
magnitud principista, estamos hablando del “Vrill”.
Realicemos algunas consideraciones: sin centralidad se pierde potencia, es
decir, la posibilidad se torna accidental; generalmente, y como signo cultural
que delata la mentalidad común, la posibilidad metafísica, pura, se disgrega en
la dualidad dialéctica de la esfera racional, y la triformidad de la esfera de luz o
conciencia; En un sujeto colectivo, la posibilidad pura se diluye a través de los
filtros que impone la tetrarquidad de la esfera de sentido del mundo.
La situación es crítica, pues además de la pérdida de centralidad, la
desintegración de las posibilidades en los procesos psicológicos que deforman
las esferas psíquicas de los sujetos colectivos, diluyen las potencias raciales,
imposibilitando su manifestación concreta en hechos culturales. Es decir, si se
producen hechos culturales, manifiestan la tendencia de la posibilidad sólo
hasta donde alcance el soporte consciente.
Y el “consciente” esta determinado conductivamente por la repetición constante
de ciertos paradigmas que hacen al sistema; la mente de los sujetos colectivos
es manipulada por la potencia mediática del sistema.
La manifestación de la generación siempre estará cargada de valor cardinal,
pues el ORIGEN implica a priori expresión de su propia esencia que
necesariamente se vera reflejada en valores primordiales: estados absolutos de
ser, referentes legales, modelos de ejemplaridad suprapsicológicos.
Estar en contacto con la potencia de los símbolos raciales implica tener la
posibilidad de actualizarlos, y esos son los modelos de ejemplaridad
expresados, concretados en la esfera de sentido o mundo cultural. Pero si no
estamos vinculados con la potencia racial, estaremos necesariamente
vinculados con la potencia virtual de los paradigmas sist émicos: igualdad,
tolerancia pasiva, conformidad, sumisión, materialismo, consumismo, y los
objetos axiológicos que emergerán serán necesariamente contrarios a la
esencia racial.
Esta potencia virtual del sistema, es una especie de “matriz” que se superpone
al entramado también virtual de la potencia racial o contenidos simbólicos del
inconsciente colectivo. De ahí la necesidad de entrar en la “matriz” superpuesta
y afectarla recargándola con programaciones, símbolos, que vitalicen la
potencia racial, determinando la concreción de las emergencias culturales.
Por ejemplo, la manifestación artística, el aporte significativo, la generación de
energía, de tensiones que amplificarán las potencias y ampliarán los rangos de
lo posible… logramos concretar lo imposible, superpotencias axiológicas que
influyen la realidad concreta provocando mutaciones o saltos dimensiónales en
mayores rangos y magnitudes, logros, hazañas, eso es un colectivo abierto a
las posibilidades de su continente memórico, 15 su legado ancestral, visionar los
símbolos puros que permanecen latentes en el inconsciente colectivo.
15
Memórico: palabra o cognato acuñado para expresar mejor las variables sémicas referidas al
continente o capacidad de registro que tiene toda memoria, o capacidad nemónica.
- 56 -