Es por eso que realizar un estudio de los ámbitos psicológicos es, más
propiamente hablando, realizar una aproximación al contexto axiológico
original. De igual manera, como el lenguaje es nuestra herramienta para
expresar el conocimiento, sin aprehender códigos semióticos originales
conducentes a otros contextos mas allá del horizonte cultural medio de
significación, jamás podremos obtener las claves para solucionar los problemas
que después de 6000 años, siguen siendo azotes para el hombre corriente de
hoy, tecnócrata y mecanizado.
¿Qué es el alma?, ¿Qué es el espíritu?, ¿Qué es el ser?; ¿Qué es la mente? ,
¿Qué es el sentido?
Los meta-conceptos base de nuestra materia, siempre han estado presentes,
desde los orígenes mismos de la actual humanidad, y Beroso, Sócrates,
Aristóteles, Herodoto, Homero, Nietzche, Shopenhauer, Garcilazo de la Vega,
Arturo Posnasky, deben volver a nuestro horizonte de significación.
Si logramos la comprensión de nuestros ámbitos psicológicos el siguiente paso
es la comprensión del colectivo a través de la psicología social. La
aproximación a los contextos axiológicos nos permitirá dar un salto analógico
decisivo en pos de una nueva forma de visionar los personajes colectivos: la
Nación, el Estado, los Movimientos Sociales, la Familia, el ente globalizado, la
comunidad y el individuo mismo como sostén de las estructuras sistémicas.
Y en este contexto re-visionar la concepción de una Deontología General que
promueve las corrientes actitudinales de las deontologías especiales que hacen
al campo de las actividades profesionales, nos servirá para establecer una
correcta y profunda comprensión de la TELEOLOGÍA FINALISTA que ha
conducido a esta humanidad hacia el abismo ontológico y axiológico, fuente de
la corrupción moral y espiritual.
La mentira campea hoy sin escollos, libre, tolerada; y no deja de ser irónico que
usemos la mentira par