METAÉTICA PSICOLOGÍA SOCIAL | Page 116

revolucionario marxista, lograr la“ justicia social” y la distribución equitativa de las riquezas. El precio que hay que pagar consiste en DOLOR, es decir, realizar el SACRO-OFICIO, SACRIFICIO.
Con el TIPO LÚDICO, gran mayoría en occidente, ocurre inversamente lo contrario, ya que este sujeto busca a toda costa escapar del dolor. Por eso Jüng lo encuadra en el tipo extravertido reflexivo que nunca logra desarrollar la función inferior, pues reprime la emoción en menoscabo del desarrollo de funciones superiores, es decir, sentimientos cardinales. Sin embargo logra desarrollar otra función superior, el racionalismo puro, por lo tanto el sujeto en cuestión se guía únicamente por la razón.
Si en el tipo sacralizante la tensión dramática que establece con el símbolo adquiere gran magnitud, tornándose fuente de sufrimientos, el tipo lúdico evita la tensión, quitando la atención del símbolo mediante el uso de la negación. Es decir, rebajando al ícono, símbolo, ente, a su mínima expresión semiótica. Pone sentido, pero reprime cualquier significación enhervante propia del ente traumático.
En esta categoría tipológica se encuadran los escépticos, agnósticos, minimalistas, intelectuales mitigados, simples creyentes, superficiales, mediocres, conformistas, algunos tipos profesionales de medio tiempo como simples licenciados, técnicos, artesanos, en fin, los que aceptan las cosas como son, y no se dan el lujo de dudar porque inmediatamente sostendrían una tensión dramática extrema con los símbolos emergentes para tratar de desentrañarlos, tornándose sacralizantes. Es decir, se darían el trabajo de averiguar los cómos, porqués, principios que convergen en el lineamiento entelequializado de esta creación, el motivo por el cual el hombre tiene su razón de ser, y que los sacralizantes intuyen sobremanera.
El tipo lúdico vive de acuerdo a una cultura lúdica, donde se rebaja el intercambio serio de significados. No renuncia a los símbolos, más bien, un DESEO inconsciente los induce a tratar de apoderarse de ellos con el mínimo sacrificio. Entonces juegan a la pareja, si el símbolo que desean poseer es una mujer, o juegan a representar tal o cual papel, SIN COMPROMISO, para evitar dependencias, problemas, complicaciones, etc.; Es decir, nunca se juegan el todo por el todo, siempre proyectan un“ alter ego”, una especie de personalidad reflejada, que es la que se arriesga realmente en el juego, ya no drama.
La vida para este sujeto es un juego, siendo muy difícil emprender con ellos una empresa seria, llena de significado.
Ahora bien, es posible encontrar sujetos que manifiestan ambos tipos psicológicos indistintamente, esto por el signo de los tiempos, la tan mentada“ globalización”, la sociedad colectivista comunizada a los estándares materialistas, que amplifica la escala de dramatismo a límites insospechados, obligando aún a los lúdicos, a jugarse en serio. La vida se ha convertido en un laberinto de elecciones, y detrás de cada elección o drama superado, espera otro, y luego otro, a así, sucesivamente. Entonces, en esa constelación de dualismos psicológicos, surge un tercer tipo dotado de INTUICIÓN
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