MERCURIO Septiembre 2013 | Page 12

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Todos hacen sus compras como pueden. Desde el mercado negro ruso, hasta los suburbios de Phnom Penh, ciudad llena de propuestas legislativas que prometen una vida más o menos próspera, sobre todo para aquellos que anhelan tarántulas fritas y paquetes de marihuana cien por ciento legal. En Luanda está el Roque Santiero, mejor conocido como mercado de los ladrones. El terreno se ensancha por millas, un emporio al aire libre donde los vendedores de mango hacen negocios con otros comerciantes armados con AK-47. Pese a todos esos comercios de mala muerte, ninguno se compara con el mercado de pescado en el colorido puerto fluvial de Manaus, ubicado en medio de la Amazonia brasileña. Manaus es una ciudad completamente urbana que paradójicamente se encuentra en el bosque más grande y emblemático del planeta. Basta con ver sus interminables ríos para darse cuenta de la magnitud de la poderosa naturaleza.

El mejor momento para ver la acción es después del amanecer, cuando los barcos pesqueros se atan en la Terminal Pesqueiro de Manaus.

Todos los dìas son de gran actividad y bullicio en el Mercado Municipal Adolpho Lisboa.

83 DICIEMBRE 2013. MERCURIO

abituados a ir al supermercado por nuestros víveres; lácteos, carnes y hasta las baterías para el control remoto, nos embarcamos en una monótona y rutinaria expedición, empujando nuestro carrito y tachando los productos que aparecen garabateados en nuestra arrugada lista. Parece que no hay otra forma más excitante de comprar. También está la economía, un gran inconveniente si no eres un sujeto que despilfarra dinero a montones. Punto menos para las expectativas de compra del cliente promedio. De nuevo, parece que las opciones de adquirir productos a un precio razonable son mera fantasía. Sin embargo, echemos un vistazo a nuestro alrededor y descubriremos –no sin cierta envidia– que todavía hay sitios que ofrecen esperanza al consumidor: ofertas.

Al atardecer, la terminal se transforma en un lugar apacible y tranquilo