Med fam Andal Vol. 16, N º. 3, noviembre 2015
Estudio antropométrico y dietético.( Tabla 2)
El índice de masa corporal medio en los pacientes con SM de ambos sexos se encontraba en rango de obesidad, a diferencia de los pacientes del grupo sin SM que se encontraba en rango de sobrepeso, aunque solo se alcanzaron diferencias significativas entre las mujeres de ambos grupos.
El valor medio de la circunferencia de la cintura, uno de los criterios incluidos en la definición de SM, fue estadísticamente superior en hombres y mujeres con SM respecto a los grupos sin SM.
Respecto a los valores de los pliegues cutáneos en el grupo sin SM los varones presentaron un valor medio inferior para el pliegue bicipital, y las mujeres para el tricipital. Los pacientes del grupo SM presentan valores significativamente superiores de pliegue cutáneo bicipital, subescapular y suprailíaco, tanto en varones como en mujeres.
Estos resultados corroboran la existencia de un desarrollo diferencial del SM entre sexos, principalmente asociado a la distinta regulación por parte de las hormonas sexuales de la distribución de la grasa corporal y las alteraciones metabólicas 25.
Para evaluar el grado de cumplimiento de la dieta mediterránea, hemos empleado el cuestionario de adherencia a la dieta mediterránea( CADM) 20. La puntuación media respecto al CADM en general es menor( inferior a 8 puntos) en los pacientes con SM que en los pacientes sin SM, aunque las diferencias solo fueron significativas en las mujeres. Por lo tanto, en los dos grupos sin SM el valor de puntuación obtenido indicó una alta adherencia a la dieta mediterránea( mayor de 8) mientras que en los dos grupos de SM la puntuación fue inferior a 8, indicando una pérdida de los hábitos de alimentación que son propios de la dieta mediterránea 26, 27.
La distribución en percentiles para los diferentes grupos respecto a las puntuaciones obtenidas en el CADM se muestra que un 25 % de los varones con SM obtuvo al menos 9 puntos en el CADM considerado como una alta adherencia la dieta mediterránea, porcentaje aún inferior entre las mujeres con SM. Por el contrario, el 50 % de las mujeres del grupo sin SM obtuvo una alta adherencia a la dieta mediterránea, porcentaje algo inferior en el caso de los hombres del grupo sin SM.
Riesgo cardiovascular y regulación de la presión arterial.( Tabla 2)
Teniendo en cuenta que un cociente cintura cadera mayor de 0,85 en las mujeres y mayor de 1 en los hombres supone una cantidad elevada de grasa corporal, y por lo tanto representa un mayor riesgo de padecer ECV o metabólicas, la puntuación media en los grupos con SM es superior a estos valores, a diferencia de la puntuación obtenida en los grupos sin SM, siendo estas diferencias estadísticamente significativas.
Los valores medios de la puntuación del índice SCORE expresado como tanto por ciento son estadísticamente superiores en los grupos con SM respecto a los grupos sin SM.
La distribución en percentiles para los diferentes grupos respecto a las puntuaciones obtenidas en el índice SCORE demuestra que todos los sujetos del grupo sin SM presentan una puntuación inferior al 5 %( bajo riesgo cardiovascular) a diferencia de los pacientes del grupo SM, principalmente en hombres, la mitad de los cuales presenta una puntuación igual o superior a 7,3 %.
Los pacientes con SM presentan en la mayor parte de los casos valores de PA elevados. Las diferencias halladas respecto a los valores de PA no alcanzan la significación estadística, a pesar de que éstos son más elevados en los pacientes con SM, especialmente en las mujeres. Este hecho puede deberse a que todos los sujetos hipertensos, de los cuales solo el 4,3 % pertenecen al grupo control, reciben tratamiento antihipertensivo, y por tanto sus cifras de presión arterial se encuentran más próximas a los valores de los sujetos no hipertensos.
Regulación del metabolismo glucídico.( Tabla 2)
Observamos que tanto los valores de glucosa plasmática en ayunas, como la cantidad de hemoglobina glicosilada son estadísticamente superiores en los varones diagnosticados de SM frente a los pacientes sin SM, sin que encontremos diferencias en el caso de las mujeres. Lo mismo ocurre con el índice HOMA, que aumentó
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