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El ejercicio físico puede ser de ayuda para mantener la calma ante el estrés diario. Practicarlo nos hace sentir
vitales, lo cual nos pone en mejores condiciones para conseguir nuestros objetivos. Además, la actividad física
regular nos ayuda a mantenernos en el peso adecuado. Es, sin duda, una forma efectiva de reducir el riesgo de
sufrir padecimientos graves. Entre ellos, se encuentran las temidas enfermedades cerebrovasculares y algunos tipos
de cáncer.
Al contrario de lo que muchas personas piensan, mantenerse activo no requiere una gran inversión de tiempo ni de
esfuerzo. 150 minutos de actividad física de intensidad moderada a la semana bastarán para estarlo.
Relación entre la ejercitación física y el cerebro
Mientras más sangre bombee el corazòn, más oxígeno llega al cerebro. De ahí que el ejercicio físico despeje la
mente. Estudios recientes han demostrado, sin embargo, que los efectos de la ejercitación física en la memoria
dependen de otros factores.
Por ejemplo, en el caso de los deportistas, los resultados de la realización de ejercicios físicos no es el mismo en un
adolescente que en un adulto. Es decir, que mientras antes comience un individuo a ejercitarse, mejores serán los
resultados. Se sabe, además, que existe un gen que determina en gran medida el provecho que tiene el ejercicio
para el cerebro.
El cuerpo humano está diseñado para estar en movimiento. Así, cuando movemos el cuerpo, se mueve también
nuestro cerebro. De hecho, el aprendizaje y la memoria fueron evolucionando conforme lo fueron haciendo las
funciones motoras.
Estas, a su vez, se perfeccionaron en la medida en que nuestros antepasados se vieron obligados a ejercitarlas para
poder buscar el sustento. De ahí que, para el cerebro, no exista una necesidad real de aprender si el cuerpo no está
en movimiento.
Los ejercicios físicos mejora la capacidad de aprender
La práctica habitual de ejercicios físicos mejora el estado de alerta, la atención y la motivación. Todo ello contribuye
al desarrollo de nuestra capacidad de pensar.
Desde el punto de vista neurológico, el aprendizaje se traduce, pues, en el estímulo que necesitan las neuronas para
unirse unas con otras. La formación de estas nuevas conexiones o sinapsis es lo que permite a nuestro cerebro
incorporar nueva información. A esto, es lo que llamamos «aprender».
Por otra parte, el ejercicio favorece el desarrollo de nuevas células nerviosas a partir de células madre en el
hipocampo. Esta es una de las áreas del cerebro relacionada con la memoria y el aprendizaje.