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¿Vemos lo mismo?

La pregunta de si todos vemos los mismos colores ha sido cuestionada ampliamente a lo largo de la historia de la filosofía y la ciencia.

Casi todos tenemos tres tipos de conos, las células sensibles a la luz situadas en la retina, y que cada uno responde a luz de un ancho de banda diferente.

El color de un objeto depende de la combinación particular de dichas señales y, aunque la sensibilidad puede variar entre la gente, en general los colores que ve una persona deberían coincidir con los de otra.

El factor X

Gracias a una mutación en un gen que influye en el desarrollo de la retina, los tetracrómatas cuentan con un cono adicional y, según algunas estimaciones, su existencia ofrece un centenar de variantes diferentes para cada color percibido normalmente por los humanos.

Sabemos que esto sucede en la naturaleza pero hace unos unos años, Gabriele Jordan de la Universidad de Newcastle y John Mollon de la Universidad de Cambridge, argumentaron que podía ser posible en los seres humanos.

El punto crucial del argumento era el hecho de que los genes de nuestros tipos de conos rojos y verdes se encuentran en el cromosoma X.

Como las mujeres tienen dos cromosomas X, potencialmente podrían tener dos versiones diferentes de los genes, con códigos para conos sensibles a rangos ligeramente distintos del espectro. Además de los otros dos conos no afectados, tendrían cuatro en total, es decir, podrían ser tetracrómatas.

Por esa razón, se piensa que es una condición exclusiva de las mujeres, aunque existe la posibilidad de que existan hombres con esta herencia, a pesar de tenerlo en sus genes no serían capaces de poseer este super poder.

David Robbinson, Portal BBC