Matemática divertida y curiosa
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Malba Tahan
Indudablemente que en esta aseveración hay cierta exageración del escritor belga:
el problema que las abejas resuelven puede ser abordado, sin gran dificultad, con
los recursos de la matemática elemental.
No nos importa, sin embargo, si el problema es elemental o trascendental; la
verdad que para esos pequeños y laboriosos insectos, resuelven un interesantísimo
problema por un artificio que llega a deslumbrar la inteligencia humana.
Todos saben que las abejas construyen sus alvéolos para depositar la miel que
fabrica. Esos alvéolos son de cera. La abeja procura, por tanto, obtener una forma
de alvéolo que sea la más económica posible, o lo que es lo mismo, que presente el
mayor volumen para la menor cantidad de material empleado.
Es preciso que la pared de un alvéolo sirva también para el alvéolo vecino. Luego, el
alvéolo no puede tener forma cilíndrica, pues de lo contrario, la pared sólo serv