Matador Arte Luces de neón | Page 9

Eso eran los monstruos, las proyecciones de nuestra propia condición, débil, vulnerable a la tentación, a la deshumanización del pecado. Ellos eran el temor a lo desconocido, una explicación a lo inexplicable, una forma de asustar o amedrentar a los que obraban mal, una manera de auto control de nuestra sociedad. Eran, incluso, nuestras esperanzas, el deseo de que el mundo fuera más de lo vemos, el deseo de protección y la sensación de peligro. Nosotros somos esos monstruos.

Gárgolas dela catedral de Notre Dame, París.