en el espejo:
—Esa no la quiero por fea y mechuda,
parece una bruja
que no me vio nacer. —
Ya llegará
esa niña que guste más.
—A esa me la llevo por linda
y hermosa, parece una rosa,
que acaba de florecer. —
Me gustaba la palabra 'cálido'
en sus labios,
pero sus ojos no.
Miríadas de peces
nadando
por encima de la montaña
en su mirada,
lloviendo de su cara.
Verdades nebulosas,
verdades celestes,
verdades neblinas,
verdades picoteadas
por las aves.
A esa niña yo la quiero
porque me daba marihuana.