Matador Arte El precio de la actualidad | Page 7

Los niños son testigos de los más atroces actos

Fotografía de Salma Zuraya Alegría Libien

No te vayas

que me viene a ver

la señora blanca, mamá.

Viene y me habla

de que hay de lejitos

una noche sin mañana.

De lejitos conmigo

y cerquitas de ti.

Respírame un delirio,

por si mañana no despiertas, mamá,

cántame a dormir o a llorar,

cuéntame nadando en un lago de sueños,

el cuento de mi vida a fin de siglo.

Y yo le cantaba a la señora macabra

en el espejo:

—Esa no la quiero por fea y mechuda,

parece una bruja

que no me vio nacer. —

Ya llegará

esa niña que guste más.

—A esa me la llevo por linda

y hermosa, parece una rosa,

que acaba de florecer. —

Me gustaba la palabra 'cálido'

en sus labios,

pero sus ojos no.

Miríadas de peces

nadando

por encima de la montaña

en su mirada,

lloviendo de su cara.

Verdades nebulosas,

verdades celestes,

verdades neblinas,

verdades picoteadas

por las aves.

A esa niña yo la quiero

porque me daba marihuana.

Canción de cuna

Ricardo Cabral