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Desarrollo adulto y envejecimiento
2. DESARROLLO FÍSICO
2.1. El proceso de envejecimiento
El cuerpo humano alcanza su ma-
durez entre los 25 y los 30 años, mo-
mento en que se consideran mayores
los niveles de salud y vitalidad. Pero
¿cuándo comienza nuestro cuerpo a
envejecer?, y ¿qué entendemos por
envejecimiento? Se añaden a con-
tinuación algunas aportaciones que
ayudan a comprender este concepto.
Muchas de ellas parten de la conside-
ración del envejecimiento como dete-
rioro y especifican las características
del mismo: se producen cambios en
la composición química del cuerpo,
disminución de la masa muscular,
cambios degenerativos que incluyen
modificaciones en el ritmo cardíaco
máximo, en la capacidad vital, etc.,
disminución de la capacidad para
responder de manera funcional a las
variaciones del ambiente, incremen-
to en la vulnerabilidad a enfermeda-
des y mortalidad de las personas, etc.
(Cristofalo, 1991).
Existen otras aproximaciones al
estudio del envejecimiento, como la
que realiza la Organización Mundial
de la Salud (OMS), que resalta la
importancia de diferenciar entre en-
vejecimiento como proceso (o “en-
vejecimiento normal”) para referirse
a los cambios biológicos universales
que guardan relación con la edad y
que no están afectados por la influen-
cia de enfermedades o del entorno, y
proceso de envejecimiento en el que
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cobran importancia factores como
los efectos del ambiente, las enfer-
medades, el estilo de vida, etc., que
pueden tener relación con el enveje-
cimiento en sí pero que no se deben
al mismo.
Algo parecido ocurre cuando se
habla de envejecimiento primario
como fenómeno universal e inevi-
table, que hace referencia a aque-
llos procesos de desarrollo biológi-
co; genéticamente programado, que
ocurren en todas las personas, y, por
otra parte, de envejecimiento secun-
dario, que describe los procesos de
desarrollo que aumentan con la edad
y que tienen que ver con factores que
se pueden controlar (por ejemplo, la
práctica regular de ejercicio físico, el
mantenimiento de una alimentación
equilibrada, etc.) y con la influencia
del ambiente.
Existe consenso en reconocer que
el proceso de envejecer es bastante
complejo y que no es posible preci-
sar con exactitud cuándo comienza;
ya que no se da de forma simultánea
en todo nuestro organismo y, por otra
parte, también existen importantes
diferencias interindividuales debidas
tanto a factores genéticos como am-
bientales.
Por último, hay que añadir que la
OMS ha fomentado la idea de enve-
jecimiento activo, que anima al “pro-
ceso de hacerse mayor sin envejecer
mediante el desarrollo continuado de
actividades físicas, sociales y espiri-
tuales a lo largo de toda la vida”.