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Psicología del desarrollo humano: desde el nacimiento a la vejez nas a un tratamiento o una condición particular para ver si, como resulta- do, la conducta cambia. En términos técnicos, manipulan una variable in- dependiente, para observar cómo los cambios afectan a la variable depen- diente. En este caso, el mayor problema reside en que los participantes saben que son sujetos de investigación y, por tanto, pueden intentar producir los resultados que suponen esperados o, por el contrario, pueden obstaculi- zar el estudio. 3.2.3. La encuesta En este método, la información es recogida a partir de una entrevista a un gran número de personas. Ini- cialmente parece una estrategia fácil, rápida y directa de obtener datos; no obstante, obtener datos válidos a tra- vés de una entrevista es más difícil de lo que parece ya que es un método vulnerable al sesgo, tanto de investi- gadores como de participantes. 3.2.4. El estudio de casos Consiste en el estudio intensivo de un sujeto, basado en entrevistas con el individuo en relación con su historia, su pensamiento y sus con- ductas. Este tipo de estudios pueden ofrecer muchos detalles que enrique- cen el conocimiento acerca de un ser humano en concreto; sin embargo, las interpretaciones del estudio de un caso reflejan los sesgos y también la intuición y el conocimiento del inves- tigador. Aun cuando el estudio de un caso recoja e interprete los datos muy cuidadosamente, las conclusiones se aplican con certeza solo a una perso- na. De ahí que este modelo tenga dos usos importantes: conocer en profun- didad a un sujeto y proveer un punto de partida para otros investigadores. Generalmente el desarrollo hu- mano se divide en cambios: durante la primera infancia (0-3 años), en los años previos a la escolaridad obliga- toria (3-6 años), los años de la escuela primaria (6-12 años), la adolescencia (hasta el final de la segunda década), la madurez (aproximadamente desde los 20 hasta los 70) y la vejez (a partir de los 70 años). Pero ¿por qué hay cambios psi- cológicos que están vinculados a la edad? La respuesta a dicha pregunta es la maduración. La maduración sigue una secuen- cia tanto más fija y predecible cuanto más cerca nos encontramos del prin- cipio de la trayectoria vital indivi- dual. Por ejemplo, el desarrollo pre- natal sigue una secuencia predecible de carácter inexorable (mórula, glás- tula, blástula, etc.). A partir del naci- miento, el desarrollo en general y el psicológico en particular, tendrá cada vez menos dependencia respecto a la maduración biológica, conllevando ese proceso la dificultad creciente de adscribir los cambios a una edad con- creta, pues se deben tener en cuenta otros factores diferentes a la madu- ración. A título de ejemplo se citan 17