Estimado Hugo,
Me preguntas
¿ Al desarticular, extirpar los programas e implantes, se siente una liberación pero también un vacío, hasta físico, que debemos llenar con nuestro 2 % en expansión … es así?
Respondo
Existen varios métodos para extirpar los implantes.
Cada metodología apunta a que seas liberado y aliviado vibratoriamente, es como si sintieras que quitan un enorme peso de tu cabeza y ello se percibe en la elaboración del proceso de los pensamientos, en la lucidez al ver el mundo donde vives y desenvolverte en él, sin entrar en problemas o falsas especulaciones, en sentir que estas integrado a tu cuerpo y sientes que estas conectado con todos los ecosistemas, reino animal, vegetal, mineral y espacio exterior sabiendo plenamente y vibratoriamente hacia donde te estas dirigiendo.
Lo que se percibe como vacío es la desestructuración de la mente. Es como si hubieras reformateado el disco duro de la PC limpiándolo de la saturación de memorias que tenía guardada a modo de software y hardware.
En el caso de los seres humanos el proceso es exactamente el mismo a nivel biológico y cognitivo, esto lleva a que las personas sientan que les falta algo adentro y que no se sienten ser como eran antes.
Sienten como una sensación de lejanía como si no pertenecieran a esta sociedad. Ven como es este mundo y se dan cuenta que la vida no es dirigida hacia un estado de paz y de tranquilidad. Este estado es natural en el sentido que hay que empezar a vivir de una forma a la cual no estábamos acostumbrados e ir incorporando un nuevo estado vibratorio y cognitivo que tiene su memoria prácticamente en estado cero sin influencia de la mente física.
Tal estado es considerado como“ La nada”,“ El vacío” o“ El silencio interior” algo que los seres humanos no están acostumbrados. Cuando se aprende a callar la mente y a parar su turbulencia hemos logrado tener un dominio completo de su constitución genética y recién allí estamos en condiciones a nivel consciente de elegir y buscar lo que realmente necesitamos para ampliar y proyectar lo que requerimos alcanzar como conocimiento, experiencia e intercambio con los demás.
Considero el proceso de aprender a callar la mente y a detener su turbulencia el más importante y significativo en la limpieza cognitiva y vibratoria en todo ser humano. Es el momento en que ha logrado centrarse dentro de si mismo frenando su cerebración y elocuencia, es cómo vivir en estado de meditación permanente quiere decir que eres capaz de estar con tu mente vacía no llevas nada puesto dentro de ella esta posibilidad abre infinitos caminos donde recibes nuevas ideas y enfoques antes no percibidos o creídos desde la racionalidad y observación analítica.
Llamo a esta fase la expansión del 2 % lumínico. Estas configurando tu nuevo estado cognitivo con matices nunca antes percibido por ti, la visión del mundo que tenías y su gente tiene sentido y puedes ser de gran ayuda sabiendo llegar con tus palabras consejos respetando el tiempo y etapas de las personas que están a tu lado, en este estado aprendes a ver ¿ cuándo tu mente busca volver a su estado anterior?
Y tranquilamente puedes aquietarla porque tu vibración está en sintonía con el Humano Original quien hace su parte enseñándote y brindándote herramientas para que tú mismo sepas elegir y cuidar de ti. Sin dudas el gen lumínico va aumentando dentro de las células hasta alcanzar una máxima nivelación de donde no hay marcha atrás. Comprendes.
Lo que interpretas como vacío físico es la perdida de densidad vibratoria a nivel celular.
Tanto el cuerpo físico como la mente deben acostumbrarse a vivir dentro de estas nuevas sensaciones y estados vibratorios sutiles, se pasan por varias fases de liviandad acompañada de sueño, ganas de estar quietos y tranquilos. Se apunta a estar más con uno mismo que con la sociedad cuando antes era todo lo contrario. Al principio parece ser todo extraño con el tiempo te darás cuenta que la vida que llevabas era algo que no podía ser.
Hay implantes que son piezas tecnológicas o embriones energéticos estos requieren ser trabajados y tratados con precaución para no comprometer la integridad física, psicología y energética de la persona.