-Si hay héroes en el mundo, tú eres uno de ellos -afirmó Carlos, demostrando gran admiración
por su hermano.
-Prepárese usted ahora, señor semi-Dios -dijo Sofía- a coronar todas sus hazañas haciendo un
milagro, que milagro será dar la vista a un ciego de nacimiento... Mira, allí sale D. Francisco a
recibirnos.
Avanzando por lo alto del cerro que limita las minas del lado de Poniente, habían llegado a
Aldeacorba y a la casa del señor de Penáguilas, que echándose el chaquetón a toda prisa, salió
al encuentro de sus amigos. Caía la tarde.
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