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Capítulo 2
Cerdo
CARAS familiares ocupaban los asientos de nuestra mesa favorita para
comer. Junto a mí se sentaban America, a un lado, y Finch, al otro, y los restantes
sitios fueron ocupados por Shepley y sus hermanos de Sigma Tau. Resultaba difícil
oír nada con el estruendo sordo que reinaba en la cafetería; además, el aire
acondicionado parecía estropeado de nuevo. El ambiente estaba cargado por el
olor a fritos y sudor, pero por alguna razón todo el mundo parecía tener más
energía de la normal.
—Hola, Brazil —dijo Shepley, saludando al hombre que estaba sentado
delante de mí. Su piel color aceituna y sus ojos chocolate contrastaban con la gorra
blanca del equipo de fútbol de Eastern que llevaba calada en la frente—. Te eché de
menos después del partido del sábado. Me bebí una o seis cervezas por ti —dijo
con una sonrisa amplia y blanca.
—Te agradezco el gesto. Llevé a Mare a cenar fuera —dijo inclinándose para
besar a America en el nacimiento de su larga melena rubia.
—Estás sentado en mi silla, Brazil.
Brazil se dio la vuelta y vio a Travis de pie detrás de él, y entonces me miró,
sorprendido.
—Oh, ¿es una de tus chicas, Trav?
—Desde luego que no —dije, negando con la cabeza.
Brazil miró a Travis, que lo observaba fijamente con expectación. Brazil se
encogió de hombros y se llevó la bandeja al extremo de la mesa.
Travis me sonrió cuando se acomodó en el asiento.
—¿Qué hay, Paloma?
—¿Qué es eso? —pregunté, incapaz de apartar la mirada de su bandeja. La
misteriosa comida de su bandeja parecía hecha de cera.
Travis se rio y tomó un sorbo de su vaso de agua.
—Las señoras de la cafetería me dan miedo. No estoy por la labor de criticar
sus habilidades culinarias.
No me pasaron desapercibidas las miradas inquisitivas de las demás
personas sentadas a la mesa. El comportamiento de Travis les picaba la curiosidad,
y yo me contuve para no sonreír por ser la única chica junto a la que insistía en
sentarse.
—Uf…, después de comer tenemos el examen de Biología —gruñó America.
—¿Has estudiado? —pregunté.
—Dios, no. Me pasé la noche intentando convencer a mi novio de que no
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