La pesca en las aguas junto al
Delta del Ebro
L
as aguas junto al Delta del Ebro
son una de las zonas de mayor
riqueza pesquera, por su variedad y
calidad, en el litoral mediterráneo
español. Pero la población de los
fondos marinos depende en gran
medida de las técnicas y tiempos
utilizados en las capturas. Estas téc-
nicas han progresado notablemente
en los últimos años y se emplean en
jornada del día, en bancos que en
términos generales son los mismos
en los que pescaron las generacio-
nes anteriores. Pesa un mayor es-
Mar
62 Enero 2019
fuerzo de pesca sobre unas
mismas áreas.
Sólo de una racional explo-
tación depende el mantener a
un nivel óptimo la afluencia
de pesca a los mercados, no
producir un vacío y sostener
una rentabilidad industrial
que mejore las vertientes
social y económica en con-
currencia con las descargas
de la moderna flota congela-
dora.
Si observamos la situación
de los puertos pesqueros en
la Región de Tramontana ve-
remos que junto al Delta del
Ebro y en corto espacio de
costa hay tres Distritos Marí-
timos, con siete lonjas para la
primera venta de la pesca, de
una vitalidad destacada den-
tro de la región.
Mientras la pesca de arras-
tre se ejerció a bordo de em-
barcaciones a vela, y los apa-
rejos y artes selectivos eran
de fibras naturales, aparte de una larga
veda anual daban la ocasión a que la
repoblación de los fondos marinos tu-
viera una cierta regularidad.
La adopción de los motores a partir
de 1920 amplió el campo de acción de
los pesqueros. Los adelantos en los me-
dios de captura pusieron en trance de
agotamiento los fondos marinos. Los
pescadores de Castellón y Tarragona
siguieron, para una recuperación de la
pesquería, desde 1961 y 1965, dos mo-
dalidades entre las que fue divisoria el
Delta del Ebro. Una, desde la Gola de
Migjorn hasta el límite de las provin-
cias de Tarragona-Barcelona, una veda
anual para la pesca de arrastre; y desde
la Gola de Migjorn hasta el límite de
las provincias de Castellón y Valencia,
un Plan Experimental, regido por una
Junta Consultiva que reguló la veda,
fijación de fondos, mallas, sistema de
vigilancia. La importancia de todo ello
trascendió a los medios pesqueros in-
ternacionales. La recuperación de la
pesquería fue evidente.
A la terminación de aquel periodo
el Ministerio de Comercio dictó unas
normas comunes para las provincias
marítimas de Castellón y Tarragona,
con vigencia desde el 1 de agosto de
1966, que en términos generales reco-
gieron las experiencias conseguidas.
Como conclusión, los pescadores de
esta zona coinciden en la necesidad de
mantener la veda, siendo deseable su
extensión a mayores trozos del litoral,
lo que además eliminaría la cuestión
de límites. La necesidad de ocupa-
ción en estos puertos durante la veda
da lugar a un trasvase hacia palangre,
trasmallo, sardinal. Otros siguen la
vieja ruta hacia Baleares. Los grupos
recién constituidos de mariscadores
están proyectando ensayos de repo-
blación. Se está ampliando el sector
de consumo, con los mejores medios
de transporte y conservación, y se
buscan nuevos caladeros a mayor ra-
dio de acción. Es básico contar con el
Instituto de Investigaciones Pesqueras
y el Instituto Español de Oceanogra-
fía, para un mejor conocimiento de las
especies.
L uis M illán R oca