Manzanillo Nativos 65 | Page 12

12 · núm. 65 Hablando de la diversidad sexual Lupita Acosta C uando entré a trabajar a Chevrolet, me tocó de compañero de trabajo un chavo homosexual; tengo que reconocer que nunca en mi vida había convivido tan de cerca con alguien de preferencia sexual diferente. Sabía de homosexuales, pero no había tenido la oportunidad de convivir cercanamente con alguien así, y no porque me espante ni cosa que se le parezca, es más les rehuía; la verdad no eran gente de mi agrado. Reconozco que era agresivo a más no poder, y yo nada más lo veía, pero poco a poco fuimos conociéndonos y empezamos a ser “amiguis”. En verdad, hasta la fecha somos grandes amigos, conocer a Javier, me hizo entenderlos y aceptarlos, repito no me espantaba, pero tampoco los aceptaba. Él me platico su historia y me decía, que a siempre le gustaron todas las cosas relacionadas a las mujeres. Su niñez fue muy difícil, porque su papa quería que a fuerzas fuera hombre. Era el mayor de su familia, con 3 hermanas y sólo él de hombre. castigado con un hijo homosexual”. Javier ha batallado mucho en sus trabajos por su preferencia sexual; ha batallado mucho en eso, en Chevrolet lo corrieron por que se dejaba las uñas largas y se las pintaba. Le exigían que trajera el pelo corto y las uñas cortas sin pintar (como hombre) y eso a él no le gustaba, y el gerente alegaba que en la agencia “debía de comportarse como hombre” Javier es un hombre muy “velludo”. Tiene vellos en exageración; tenía que rasurarse la barba, dos veces al día. Gracias a Dios hoy existe la depilación láser y se depiló todo el cuerpo. Es muy “movido” para caminar, según él todo “sexy” y me da risa como se mueve para caminar, siempre carga su bolsa y agarra aires de mujer, pero nunca va a ser una mujer, por muy femenino que parezca. Mis respetos para Javier, porque si algo tiene es ser buen hijo; está al pendiente de su madre. He tenido el gusto de convivir con su familia, reconozco que su papá cambió mucho con relación al trato con Javier; ahora ya casi no habla su papá, se mantiene callado, las veces que he ido a su casa me tratan muy bien, porque soy de las pocas “amiguis” mujer que tiene Javier. Todas sus amistades son personas de preferencias sexuales diferentes y, de vez en cuando, me busca, me llama y platicamos, pero tengo que reconocerlo que es fiel a morir, tiene la misma relación con su pareja desde hace mucho tiempo, no viven juntos pero se la llevan bien. Me río mucho con él porque algunas veces se ha quedado a dormir en mi casa y ha dormido en mi cama, y el “cabrón” me dice “que no vaya a brincarle”, me muero de la risa