Manzanillo Nativos 64 | Page 13

núm. 64 · 13 La niña bonita Rabí Hernández H e tenido muchos oficios en mi vida, pero el primerito de todos fue el de Repartidor de Tortillas. Mi tía Rosario se dedicaba a hacer tortillas a mano, que eran vendidas por encargo a un público selecto. El de repartidor era un puesto que se transmitía de generación en generación, y entrañaba una gran responsabilidad, amén de que requería una gran condición física y don de gentes. Uno de mis clientes era la familia Sevares, que como muchos recordarán, vivían en una planta alta en la Carrillo Puerto. Por este motivo, era menester tocar el timbre que, por un defecto de diseño, estaba situado a una altura superior a la que mi brazo extendido podía alcanzar. A