Manzanillo Nativos 61 | Page 13

núm. 61 · 13 Los camiones de la Federal Rabí Hernández Corona A mediados de los setenta, no era lo mismo ser de Manzanillo que ser, por ejemplo, de Salahua, Santiago o Miramar. La ciudad y puerto, como orgullosamente se ostentaba el casco urbano, tenía límites bien definidos, fuera de los cuales todos eran ranchos, excepto Las Brisas, que era la colonia de los popis. El centro, en cambio, era territorio garrolero, mientras que las comunidades cuasi rurales eran zona de cheros. En los primeros años de nuestra existencia, rara vez teníamos que tratar con los miembros de otras etnias, pero la cosa cambiaba radicalmente al en- trar a Secundaria. Sin ánimo de ofender a nadie, al salir de la Primaria casi todos aspirábamos a entrar a la Secundaria “Mariano Miranda Fonseca”, que en ese tiempo todavía era conocida simplemente como La Federal. Quienes no pasaban el examen ingresaban a las demás opciones: la Secundaria 3, la recién fundada Federal 2 o la también joven Técnica Pesquera (que muy pronto nos infligiría tremendas humillaciones con sus espectaculares y atléticas tablas gimnásticas en los desfiles del 20 de noviembre) mientras otros iban a parar a la Sor Juana, que si mal no recuerdo, era la úni- ca secundaria particular en muchos kilómetros a la redonda. Para no herir susceptibilidades, debo aclarar que había quienes entraban a las otras secundaria por decisión propia, y no por no haber podido ingresar a la Miranda Fonseca. El caso es que La Federal se convertía en una zona de confluencia en la que convivíamos popis, garroleros y cheros. Los primeros días de clase, cada quien se juntaba con su propio clan, pero muy pronto la convivencia diaria hacía que las diferencias se diluyeran rápidamente, y nos dábamos cuenta de que todos compartíamos la misma naturaleza burlona y des- Como este eran los camiones que nos transportaban, pero completame