Manual del Entrenador 2011 | Page 439

MANUAL PARA EL ENTRENADOR APERTURA DE LÍNEAS OBJETIVO: Explicar la apertura de líneas de las típicas maniobras de ataque. Instrucciones: Lea cuidadosamente cada uno de los puntos que aborda el presente capítulo, con la finalidad de que al término del mismo usted sea capaz de: Demostrar las maniobras de las torres Describir lo que se conoce como apertura de líneas Ejemplificar la batería de Alekine Ejecutar los ejercicios de los alfiles de Horowitz 6.1 INTRODUCCIÓN Los ejemplos anteriores han servido para ilustrar maniobras típicas en los ataques directos contra el rey y hemos visto de igual manera, cómo gradualmente la presión acumulada en específicas zonas del tablero estalla para convertirse en una ventaja material genuina o en la obligación de rendir al rival ante la abrupta acometida de piezas. Descubrir que las figuras pueden y deben irrumpir en la posición enemiga forma parte del a-b-c que sigue todo ajedrecista. No es exageración afirmar que una partida reporta ventaja cuando se entra en la posición enemiga sin que ello signifique un ataque directo al otro monarca. La entrada de piezas a través de su correspondiente Apertura de Líneas (columnas para las torres, diagonales para los alfiles, puntos fuertes para los caballos), forma parte de los temas estratégicos que se irán perfeccionando durante la práctica del jugador y reconocer su génesis como su aplicación son asignaturas obligadas. 6.2. MANIOBRAS DE TORRES El hábil manejo con las torres denota un grado de especialidad nada fácil de adquirir en el camino hacia la maestría. Colocadas desde un inicio en las esquinas del tablero, la oportunidad para manejar dichas piezas hace que su aparición sea lenta, simple, a veces monótona si se le compara con la graciosa agilidad del caballo o la fugacidad de un alfil apenas corre la etapa de apertura. Acartonadamente sabemos que las torres van a las columnas abiertas y de ahí, si es posible, se adentran en la posición enemiga hasta la séptima fila en la primera oportunidad. Igualmente, podemos dar con ellas un mate de pasillo por medio de un truco táctico o incluso, por el torpe descuido del rival. Antes de entrar propiamente al capítulo veamos dos ejemplos bastante notables en el quehacer de esta pieza. El primero de esos ejemplos asombró a Capablanca desde que lo conoció hasta sus últimos días y por eso se da en llamar La Torre de Capablanca aunque la producción no sea suya, sino de Emmanuel Lasker. Ajedrez 3 Modelo curricular de cinco niveles 131