Manual del Entrenador 2011 | Page 29

MANUAL PARA EL ENTRENADOR tener una colección de las mismas e incluso inventarlas por si mismo. b) Reproduzca en su tablero mural las partidas anteriores y lea las jugadas en voz alta para que los alumnos la reproduzcan en sus propios tableros. Explique con claridad el porqué de las rápidas derrotas (haciendo hincapié en conceptos como sacrificio, amenaza, debilidad, red de mate, etcétera) y cómo evitar el tipo de errores del bando perdedor con el fin de inculcarle poco a poco al alumno los hábitos mentales adecuados (y mejorar poco a poco su atención y concentración). El entrenador deberá intentar reunir más partidas miniaturas de este tipo ya que son especialmente didácticas. 2.4 LAS TRES FASES DEL JUEGO La partida de ajedrez puede dividirse para su estudio en tres fases: apertura, medio juego y final. Durante la primera fase del juego, en la apertura, los contendientes buscan desarrollar sus piezas, es decir movilizarlas rápidamente y en forma coordinada, ya que se encuentran obstruidas en la posición inicial por los peones. Se proponen dominar las casillas más importantes, por lo general las del centro del tablero así como asegurar la posición de su rey. Los jugadores experimentados conocen la teoría de aperturas, que está basada en partidas y comentarios de los grandes maestros del pasado y del presente. Sin embargo, no debemos creer que la apertura se juega memorizando esas partidas sino comprendiendo sus ideas estratégicas y tácticas para aplicarlas en situaciones semejantes. Una vez que la movilización de las piezas se ha completado, se inicia el medio juego, donde las acciones toman un carácter más definido. Cada bando desarrolla sus planes de ataque mediante amenazas concretas y trata de obstruir los del enemigo. Es posible atacar en diversos sectores del tablero, ya sea en el centro o en cualquiera de los flancos. Para ello es importante tener una visión global de todo el campo de batalla, y así poder combinar jugadas de ataque, de defensa, etcétera. Las partidas se vuelven cada vez más tácticas, donde el cálculo de variantes se torna prioritario. Si la partida no se decide en la fase anterior, se llega al final de juego, cuya característica más importante es que el rey deja de ser una pieza pasiva, necesitada de protección y toma parte activa en la lucha. Esto se debe al menor número de piezas que quedan en el tablero. La coronación de los peones también se vuelve un objetivo primordial. Esta fase del juego requiere un estudio muy profundo ya que es la más difícil de dominar. Es importante comprender que estas tres fases no siempre están bien delimitadas y es fundamental dominar los momentos de transición de una a otra. Esto quiere decir, que el estudio del ajedrez debe efectuarse relacionando las tres fases del juego. Para lograr esto es muy recomendable analizar en forma profunda y cuidadosa las partidas de los grandes jugadores del pasado, los clásicos del juego. El estudio debe ser en orden Ajedrez 1 29