MANUAL PARA EL ENTRENADOR
tener una colección de las mismas e
incluso inventarlas por si mismo.
b) Reproduzca en su tablero mural las
partidas anteriores y lea las jugadas
en voz alta para que los alumnos la
reproduzcan en sus propios tableros.
Explique con claridad el porqué de
las rápidas derrotas (haciendo
hincapié
en
conceptos
como
sacrificio, amenaza, debilidad, red de
mate, etcétera) y cómo evitar el tipo
de errores del bando perdedor con el
fin de inculcarle poco a poco al
alumno
los
hábitos
mentales
adecuados (y mejorar poco a poco
su atención y concentración). El
entrenador deberá intentar reunir
más partidas miniaturas de este tipo
ya
que
son
especialmente
didácticas.
2.4 LAS TRES FASES DEL JUEGO
La partida de ajedrez puede dividirse para su estudio en tres fases: apertura, medio
juego y final. Durante la primera fase del juego, en la apertura, los contendientes
buscan desarrollar sus piezas, es decir movilizarlas rápidamente y en forma coordinada,
ya que se encuentran obstruidas en la posición inicial por los peones. Se proponen
dominar las casillas más importantes, por lo general las del centro del tablero así como
asegurar la posición de su rey. Los jugadores experimentados conocen la teoría de
aperturas, que está basada en partidas y comentarios de los grandes maestros del
pasado y del presente. Sin embargo, no debemos creer que la apertura se juega
memorizando esas partidas sino comprendiendo sus ideas estratégicas y tácticas
para aplicarlas en situaciones semejantes.
Una vez que la movilización de las piezas se ha completado, se inicia el medio juego,
donde las acciones toman un carácter más definido. Cada bando desarrolla sus planes
de ataque mediante amenazas concretas y trata de obstruir los del enemigo. Es posible
atacar en diversos sectores del tablero, ya sea en el centro o en cualquiera de los
flancos. Para ello es importante tener una visión global de todo el campo de batalla, y
así poder combinar jugadas de ataque, de defensa, etcétera. Las partidas se vuelven
cada vez más tácticas, donde el cálculo de variantes se torna prioritario.
Si la partida no se decide en la fase anterior, se llega al final de juego, cuya
característica más importante es que el rey deja de ser una pieza pasiva, necesitada de
protección y toma parte activa en la lucha. Esto se debe al menor número de piezas
que quedan en el tablero. La coronación de los peones también se vuelve un objetivo
primordial. Esta fase del juego requiere un estudio muy profundo ya que es la más difícil
de dominar.
Es importante comprender que estas tres fases no siempre están bien delimitadas y es
fundamental dominar los momentos de transición de una a otra. Esto quiere decir, que
el estudio del ajedrez debe efectuarse relacionando las tres fases del juego. Para lograr
esto es muy recomendable analizar en forma profunda y cuidadosa las partidas de los
grandes jugadores del pasado, los clásicos del juego. El estudio debe ser en orden
Ajedrez 1
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