Manual de Administración Deportiva 2014 | Page 84
A. INTRODUCCIÓN
El deporte es un derecho fundamental y todos deberían tener la oportunidad de participar en condiciones
justas.
La falta de inclusión y equidad se debe a:
•
El favoritismo y las preferencias de los entrenadores.
•
Las pandillas entre los jugadores.
•
La negación de obstáculos como la pobreza, el
racismo y la desigualdad entre sexos.
•
La falta de reconocimiento de la diversidad
(sexual, económica…).
•
La asignación inadecuada de recursos o la
insuficiencia de los recursos.
•
La falta de promoción del deporte en general.
•
La falta de conciencia acerca de las oportunidades que ofrece la práctica del deporte como
beneficio para toda la vida.
•
La falta de buenos representantes para dirigir a los participantes.
•
La autocomplacencia de algunos padres.
•
El costo elevado.
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Los siguientes ejemplos demuestran cómo el deporte puede ayudar a crear una sociedad más inclusiva.
La inclusión de refugiados puede ayudar a superar las diferencias entre los recién llegados y la población
local, a mejorar las relaciones entre los solicitantes de asilo de origen distinto y a aumentar la confianza
y la autoestima. El deporte también sirve para poner en contacto a los recién llegados con los servicios
comunitarios y de apoyo clave.
El deporte contribuye a que las personas con discapacidades mejoren su estado de salud y su movilidad,
puesto que les da fuerza, flexibilidad y coordinación. Además, les ofrece oportunidades para aumentar la
autoestima y la confianza en sí mismos, para mejorar sus aptitudes sociales y sus redes, y para incrementar
su motivación e independencia. El deporte también ayuda a cambiar los prejuicios que tiene la comunidad,
puesto que se centra en las capacidades de los atletas y no en sus discapacidades.
B. INCLUSIÓN DE LAS MUJERES EN EL MOVIMIENTO OLÍMPICO
Uno de los principales elementos de inclusión para el COI es el aumento del número de dirigentes deportivas
y mujeres que participan en los Juegos Olímpicos. Siguiendo las recomendaciones de una comisión de
estudio del Congreso Olímpico del Centenario del COI en 1994, el presidente del COI creó un grupo de
trabajo sobre mujer y deporte para que asesorara a la comisión ejecutiva en materia de políticas en este
ámbito. En 2004, este grupo de trabajo se convirtió en la comisión mujer y deporte.
Los primeros Juegos Olímpicos modernos de 1896 no estaban abiertos a las mujeres. El barón Pierre de
Coubertin, que había restaurado los Juegos, era un hombre de su tiempo y pensaba que los Juegos debían seguir
siendo un “elogio del deporte masculino”. En los Juegos Olímpicos de 1900, las mujeres pudieron participar en
las pruebas de tenis y golf y, con el paso del tiempo, su participación ha ido en aumento. La participación de
las mujeres en los Juegos está en constante aumento, especialmente desde que el COI decidió, en 1991, que
los nuevos deportes que se incluyeran en el programa olímpico deberían incluir tanto pruebas masculinas como
femeninas. En los Juegos Olímpicos de 1960 en Roma solo había 611 mujeres (11,5%). Después se produjo
un despegue en la participación femenina, y en los Juegos de 2012 en Londres las mujeres representaron el
44,2% de los participantes. Con la inclusión del boxeo femenino, los Juegos de la XXX Olimpiada inauguraron
una nueva era en la que los hombres y las mujeres competían en todos los deportes del programa olímpico.
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