MALVINAS uno | Page 8

JOSE FURNEL

Yo tenía 18 años en el 82’ y estaba prestando el Servicio Militar en las Fuerzas Áreas; recuerdo que un 2 de abril a las seis de mañana nos avisaron que teníamos que ir a Malvinas”, reveló.

La adrenalina y el miedo recorrían los cuerpos de los jóvenes tras ser informados, ese 2 de abril, que tenían que ir a la guerra a defender las Islas Malvinas.

Sin experiencia alguna todos fueron llevados a Comodoro Rivadavia para recibir, durante cinco días, las instrucciones necesarias de cómo manejar un fusil. “No sabíamos cómo se agarraba un fusil, no teníamos experiencia”, contó el Veterano.

Y el 7 de abril, ya en Malvinas, los jóvenes soldados recibieron otras instrucciones. “Lo primero que nos enseñaron fue a hacer los pozos zorros. Éstos tenían que estar cubiertos de plásticos y arena, así podíamos refugiarnos del frío y de la lluvia”, explicó Furnel.

Con un relato en el que constantemente se repite la frase “sin experiencia” y “miedo”; el ex combatiente siguió contando lo que recuerda. “En en los pozos zorros hacíamos guardias, de a dos, de una hora y media aproximadamente porque como estábamos en la intemperie las temperaturas eran muy bajas”.

“Nosotros sabíamos que estábamos defiendo nuestro pedazo de tierra”, dijo Furnel y recordó que el 1 de mayo los ingleses atacaron a las 5.30 de la mañana. “Ahí empezamos a tener miedo… miedo a no querer morir”.

Prosiguiendo con su historia, el ex combatiente contó una triste situación que le tocó vivir en la guerra y que por muchos años estuvo presente en sus pensamientos, y lo hacía sentir culpable. “Los que pertenecíamos a la Fuerza Aérea no pasábamos hambre porque siempre teníamos reservas pero los chicos del Ejército si. A mi me tocó deterner a un soldado argentino (del Ejército) que venía a robar nuestra comida y nuestro jefe, el Primer Teniente de Guerra, nos había ordenado que teníamos que detener a cualquier soldado que se acercaba a sacar nuestra comida”, narró Furnel. Y entristecido siguió contando: “Eso fue un cargo de conciencia para mí, porque él era un soldado argentino igual que yo. Él no vino a robar porque quería sino que tenía hambre y por esa situación lo estaquearon casi un día entero, como castigo”.