CONCLUSIÓN
I
rse a los extremos no es lo
más adecuado en ningu-
na faceta de la vida, en las
posiciones moderadas en-
contramos la solución más
fiable y adecuada a la ma-
yoría de los problemas y este no
me parece un caso distinto. No
obstante, todos los adiestradores
que pretenden calificarse como
profesionales se mantienen en
una metodología moderada mul-
tidisciplinar.
Lo más correcto será siempre
enseñar al perro lo que preten-
demos de él buscando el mayor
grado de motivación, mediante
el uso de felicitaciones, juego,
golosinas, motivadores...etc........
y una vez hemos conseguido
esto hacerlo pasar por una fase
de obligación en la que deberá
cumplir con todo lo aprendido a
cambio de nada y se le corregirán
en la medida y forma correcta,
adecuándose a la sensibilidad del
animal los errores que cometa.
En una etapa final volveríamos
a introducir los premios y moti-
vadores,... consiguiendo en con-
junto un perro que funciona muy
motivado porque sabe que puede
conseguir cosas positivas, pero
que es consciente de la obliga-
toriedad, ya que si no realiza los
ejercicios será obligado a ello....
Éste es un perfil simple de la me-
todología de trabajo profesional
moderada, que es susceptible y
debe adaptarse a las necesidades
de cada perro en particular y con
el que se obtendrá el mejor resul-
tado posible, ya que se cubren las
lagunas dejadas por el extremis-
mo de ambas metodologías.
la parte más importante en el
mundo del adiestramiento ca-
nino, no es donde se ubiquen
metodológicamente los adies-
tradores dentro de este pano-
rama, los extremos o el centro
me dan igual, lo que realmente
importa aparte de la formación
y la capacidad, es la ética y la
honestidad del profesional,
que frecuentemente deja mucho
que desear: Cuando a un adies-
trador se le presenta un perro
con unos problemas de conduc-
ta y/o obediencia, lo único ético
y honesto es que en el proceso
de trabajo con el perro se preo-
cupe de exponerle al dueño las
causas, los errores cometidos,
todas las opciones de las que
dispone para afrontar el proble-
ma, y se ocupe de capacitarlo en
el manejo del perro, en el uso
de todos los procedimientos de
condicionamiento y le aporte
los conocimientos necesarios
sobre etología canina....etc. ...
todo esto encaminado a lograr
una resolución satisfactoria
y a conseguir un dueño
bien formado que no
permita por error
u omisión que
el paso del
tiempo
estropee
el
tra-
bajo
re-
ali-
zado
y por
el que
está
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pagando una cantidad considera-
ble de dinero.
Cualquier actuación que se apar-
te en exceso de estas directrices
muestra o bien una profunda
ignorancia e incapacidad o una
gran falta de ética, honestidad y
profesionalidad. Podemos encon-
trar este tipo de situaciones en los
dos extremos metodológicos:
Adolece de la misma falta de ética
pretender conseguirlo todo de
un perro mediante el castigo, sin
tener en cuenta la raza, el carác-
ter, la sensibilidad del animal o
el problema que te plantean que
cobrarle a alguien a sabiendas de
que a ese perro concreto nunca y
en algunos casos a ninguno, se le
corregirá una conducta determi-
nada sólo con unas salchichas y
un mordedor.
Es curioso ver y leer a los
adiestradores adscritos al
positivismo difundiendo
las bondades de esta
corriente y lo ade-
cuada que es pa-
ra cualquier
tipo de raza,
pero ellos
N° 3 Abril 2017