Desde otra perspectiva, se plantea que en realidad, no existen situaciones estresantes por sí mismas, sino que todo es una cuestión subjetiva. La respuesta del estrés depende de la relación entre la persona y la situación a la que se enfrenta. Para algunos, un examen puede resultar una situación muy estresante pero para otros no. No importa tanto la realidad, sino la percepción que se tiene de la misma.
En relación a los síntomas del “estrés por sobrecarga de responsabilidad”, donde es común sentirse ansioso, tenso y agobiado, se puede creer que llevamos el peso del mundo encima. Esto nos puede llevar a sufrir un bloqueo mental que nos impide ver con claridad qué tarea continuar o qué decisión tomar. O bien, si la carga se encuentra en nuestro ámbito personal, puede impedir la concentración en el trabajo a realizar por sentirse superados por nuestras obligaciones. En ambos casos, nos puede llevar a la procrastinación *
Si se agravan los síntomas podemos llegar a sufrir palpitaciones, ataques graves de ansiedad o pánico, incluso depresión.
Para combatir este tipo de estrés, frente al sentimiento de agobio, ansiedad o desborde, la primera medida que se debería tomar es parar, detenerse para hacer una revisión de lo que está faltando. Se puede ayudar a implementar costumbres desde la escuela para evitar que cuando se llegue a adulto, no se sufra tanto este tipo de problemática. Aprender a manejar el estrés se va perfeccionando, si se lo practica con regularidad. Saber cómo eliminar el estrés y hacerlo durante situaciones calmadas ayuda a pasar por circunstancias difíciles que puedan surgir.
* Es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables. Sin tener una fuerza de voluntad para concluirla. El acto que se pospone puede ser percibido como abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, es decir, estresante Es un trastorno del comportamiento que tiene su raíz en la asociación de la acción por realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad (estrés). Puede ser psicológico (en la forma de ansiedad o frustración), físico (como el que se experimenta durante actos que requieren trabajo fuerte o ejercicio vigoroso) o intelectual.
Sugerencias que ayudan a mantener el estrés bajo control el estrés:
-No sobrecargarse con actividades. Pensar en eliminar una o dos actividades y optar por mantener las más importantes.
-Ser realista. No tratar de ser perfecto, ni esperar la perfección de los demás, ya que aumenta el nivel de estrés.
-Dormir bien. La cantidad de horas necesarias, el cuerpo y la mente se mantienen en buen estado, mejorando el manejo de cualquier situación negativa que cause estrés.
-Aprender a relajarse. El antídoto natural del cuerpo para el estrés es el relajamiento. Es lo opuesto al estrés y crea una sensación de calma y bienestar. Los beneficios químicos de la respuesta de relajamiento pueden activarse con ejercicios de respiración o al tomarse el tiempo para disfrutar de actividades placenteras.
-Cuidar el cuerpo. Los expertos están de acuerdo en que ejercitarse con regularidad (de manera moderada) ayuda a las personas a manejar el estrés compleentado con una buena alimentación. Cuando se tiene estrés, el cuerpo necesita más vitaminas y minerales. Algunas personas usan drogas para escapar de la tensión emocional.
-Resolver los problemas sencillos. Aprender a resolver los problemas cotidianos ayuda a sentir que se tiene el control. Evitarlos, por el contrario hace sentir que se tiene poco control de la situación, causándo todavía más estrés. Evaluar la situación con calma, pensar en las opciones que se tiene, y tomar los pasos necesarios para resolver el problema. Cuando aparece el sentimiento de ser capaz de resolver problemas pequeños, se tendrá la confianza necesaria para resolver problemas más complejos.
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