para atender de manera adecuada a
estas niñas y niños. “Y si ello no se
está consiguiendo ahora, más difícil
aún sería poder atender de manera
correcta a estas 35.886 niñas y ni-
ños que hoy van a centros de Edu-
cación Especial”, insisten.
Vanesa cree que España no está
preparada para afrontar este cam-
bio. “Hace falta un proceso de
transformación muy profundo si
queremos una inclusión real. Pero
defendiendo siempre el derecho de
mi hijo a permanecer en el recurso
que mejor atiende a sus necesida-
des que es el modelo especial: ne-
cesita una persona con él durante
toda la jornada, necesita salir del
aula para sus sesiones con especia-
listas la mayor parte del tiempo, no
habla, usa pañal, puede tener con-
vulsiones en cualquier momento,
tiene problemas de equilibrio, no
sabe jugar, no coge un lápiz y sus
períodos de atención sostenida
pueden durar diez o quince minu-
tos y ahí es cuando comienza a gri-
tar, se levanta y quiere irse. Sería un
elemento disruptor”.
Desde CERMI reconocen que
ahora los profesores los tendrían
“complicado”, pero matizan que
aunque complejo, es un proceso
“que hay que empezar a enfrentar”,
viendo entre otros aspectos cómo
se distribuyen los recursos y cómo
los centros de Educación Especial
se reconvierten en centros de apo-
yo a la educación ordinaria. Por
ello, según Jesús Martín Blanco, se
necesitaría un periodo “flexible”, de
entre 10 y 15 años, para “repensar”
la escuela. “No queremos que estos
mandatos se hagan mal. Se tienen
“Con la educación
nos jugamos
mucho porque la
educación y la
infancia son el
mayor capital que
tiene cualquier
Estado”
que hacer de una forma serena,
dialogada, racional y sensata, con
las voces de la familia, de la socie-
dad civil, de la comunidad educati-
va, de los propios niños y niñas.
Con la educación nos jugamos mu-
cho porque la educación y la infan-
cia son el mayor capital que tiene
cualquier Estado”, reflexiona al res-
pecto el delegado de Derechos Hu-
manos y para la Convención de Na-
ciones Unidas de CERMI.
No está de acuerdo con ello la ex-
perta en educación inclusiva Pilar
Sanjuan, que pone como ejemplo a
Canadá, que un curso acabó con dos
vías educativas y al siguiente ya
arrancó habiendo suprimido la Edu-
cación Especial. “Llevamos 30 años
caminando hacia la educación inclu-
siva. Si damos otros diez años más
llegaremos a los 40 y seguro que lue-
go se piden otros 10 más. Tiene que
haber una revolución, porque mien-
tras haya posibilidad de otras opcio-
nes esto no va a cambiar. Y mientras
haya la opción de que los alumnos
vayan a la escuela especial, la escuela
ordinaria no va a experimentar la re-
volución que necesita”, sostiene.
Y esa revolución no pasa necesa-
riamente para la secretaria de
Down España por mayores recur-
sos, sino por una cuestión de “vo-
luntad”, de querer cambiar el mo-
delo de escuela, la filosofía de clase
magistral, que en su opinión siguen
siendo las mismas que las que re-
gían hace un siglo. “Si los médicos
o las empresas siguieran trabajan-
do igual que hace 100 años, ¿no
nos echaríamos las manos a la ca-
beza?”, se pregunta.
También por un cambio en la mi-
rada que debe impregnar tanto la
revolución organizativa y metodo-
lógica de las aulas como la incor-
poración a los centros ordinarios
de los recursos que existen hoy en
los centros de Educación Especial.
“Siempre damos por supuesto que,
si en una clase hay 27 alumnos y
uno de ellos tiene discapacidad,
26 van a hacer lo mismo en el mis-
mo momento y solo uno una va a
ser el único pobre que no lo va a
hacer. Y eso no es verdad, porque
dentro de esos 27 alumnos hay 27
niños y niñas distintos, cada uno
con sus intereses, sus motivacio-
nes, sus situaciones personales, su
desarrollo de competencias socia-
les y emocionales… Hay tantas rea-
lidades diferentes en un aula como
alumnos”, explica. Al respecto,
Sanjuan concluye que el problema
no es tanto que las personas con
discapacidad vayan a un colegio
ordinario, “sino cómo organizamos
a esos colegios para realmente
atender la diversidad real que ya
existe en las aulas, porque cada
niño necesita unos ritmos, unos
apoyos y unas motivaciones dis-
tintas”. ■
ABRIL 2019 •
mama
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