Madresfera Magazine 19 - Enero 2019 | Page 38

época actual en la que vivi- mos, pero lo cierto es que hay más motivación por parte de ellas. P: ¿Más motivación y también más competitividad porque ver quién alcanza niveles más altos? R: Precisamente sobre los cursos tengo una pequeña anécdota. Antes llamábamos a los cursos iniciación, medio, avanzado, superior… Pero un día vi una pequeña rivalidad entre los niños por pertenecer a uno u otro grupo así que decidí cortar esa situación de raíz y cambié el nombre de los cursos. Al fin y al cabo la única diferencia que había entre un curso y otro era la edad de los asistentes. Ahora tienen el nombre de los programas de magia que hizo mi padre en la televisión; lo cual no indica que lleven más o menos tiempo, ni que sepan más o menos: Tiempo de Magia (de 7 a 8 años), Por Arte de Magia (9 años), Magia Potagia (de 10 a 11 años), Luna de Verano (de 11 a 12 años) y Chan- ta-ta-chán (de 12 a 13 años). P: Estos niños, ¿podrían llegar a ganarse algún día la vida con la magia? R: La magia es un trabajo que está muy bien remunerado. Hay mucho trabajo, y lo ha habido incluso en estos años de crisis más fuerte. Ade- 38 • mama • ENERO 2019 más, el mago es el que más cobra cuando se hace un festi- val y se contrata a un músico, unos actores, unos payasos… El precio del mago siempre va a ser el más alto y esto ha sido siempre así. Ya en la Antigüedad, cuando los circos viajaban en el carromato de una ciudad a otra, el mago es el que iba en el carromato, los demás tenían que compartir- lo. El mago es un artista muy completo, que sabe psicología, matemáticas o ciencia pero que también tiene que crearse sus propios guiones, dirigirse a sí mismo sobre la escena. El mago tiene que ser su propio técnico de sonido y de luces. “Los magos juegan al papel de los dioses: hacer realidad lo imposible” P: Y eso que durante un tiempo pareció que se consideraba a la magia como un arte menor. R: Por suerte ya no se ve así, como un arte me- nor “para entretener a los niños”. Ahora cuando contratan a un mago toda la familia se queda a verlo, todos quieren ver la magia. Se valora mucho más. Cuando un niño hoy quiere aprender magia sabemos que va a poder vivir bien de ello. Y si bien antes de diez niños a los que le pre- guntases tan sólo uno afirmaba querer dedicarse profesionalmente a la magia, hoy te diría que cinco de cada diez tienen clarísimo que quieren ser profesionales. ■