PREGUNTA: Diriges desde hace 30 años la Gran
Escuela de Magia de Ana Tamariz, y entre los
cursos y talleres que ofrecéis los hay para niños
y adolescentes. ¿Qué beneficios tiene la magia
para ellos?
RESPUESTA: Bueno, además de divertirse y
jugar, que es lo más importante, yo creo que les
viene muy bien para trabajar la timidez, para ir
creando su propia personalidad, para la relación
y la comunicación con otros niños, para la psi-
comotricidad… También para
organizarse porque cuando
un niño aprende magia con
nosotros, aprende varios jue-
gos adaptados a su edad. Les
explicamos el efecto y luego
fabrican ellos el material -algo
que les da mucha seguridad-
con el que harán ellos mismos
el juego. Después son ellos los
que tienen que crear su propio
personaje, y eligen qué jue-
gos hacer y en qué orden. Esa
organización, que es algo que
ya hacemos después como
adultos en nuestro trabajo –
qué debemos hacer, en qué orden– creo que es
interesante aprenderlo en la infancia. Cualquier mago, reconocido o principiante, es
acogido allá donde va por otros magos. Nos en-
canta compartir y aprender. Seguir mejorando.
P: Aunque quizás el término “enganchar” no sea
un término muy afortunado. ¿Les engancha la
magia?
R: Sí, yo creo que la magia en general les apasio-
na porque reciben mucha alegría de su público
– de sus familiares y de sus compañeros– y ellos
a su vez les dan toda su ilusión; eso hace que
quieran volver a hacerles otro espectáculo. Qui-
zás por eso podemos decir que en cierto modo
“engancha”, sí, porque lo pasan muy bien apren-
diendo, jugando, ensayando y actuando. Recibir
un aplauso, una sonrisa o una palabra bonita
para ellos es fantástico. P: También llevó la magia a cotas más altas.
R: Es verdad. Mi padre también devolvió la magia
a los teatros. Antes había quedado relegada a
los pequeños cabarets y quizás eventos, pero
mi padre a partir del año 2000 consiguió llevar-
la de nuevo a los teatros; al teatro Marquina, al
teatro San Pol… Se dieron cuenta de que cuando
mi padre iba al teatro lo llenaba, y fue entonces
cuando se recuperó la magia en este espacio. Y
eso que su especialidad es la magia de cerca, la
cartomagia, pero logró tener un espectáculo en
el teatro. A él le siguieron Anthony Blake, Jorge
Blas… Y ya todos hemos sido arrastrados por
esto y lo vemos tan normal. Creo que es de bien
nacidos ser agradecidos y esto hay que agrade-
cérselo a Juan Tamariz.
P: Tu padre es un gran referente para el mundo
de la magia.
R: Creo que hay que reconocer la gran labor que
ha hecho mi padre. La apertura del mundo de la
magia en España viene de mi padre, Juan Ta-
mariz. En los años ‘50 un mago aprendía magia
porque lo había leído en un li-
bro o se lo había enseñado un
maestro y no se lo contaba a
nadie, ni siquiera a otro mago.
Mi padre lo que hizo fue una
apertura y desde los años ‘60
empezó a plantear reuniones
de magos para compartir sus
conocimientos con el objetivo
de seguir aprendiendo y me-
jorando. Había un secretismo
que ahora ya no existe, pero él
logró la apertura en Madrid y
después en España en general.
Ahora esto ocurre con mucha
normalidad, por eso creo que
hay que reconocer esa gran labor que hizo mi
padre en el mundo de la magia.
“El ambiente que
se respira en el
mundo de la magia
es muy bueno.
Es de verdadera
amistad”
Al final hacer magia es jugar. Yo veo a mi padre
y a mi marido, que también es mago, y cuando
están haciendo magia se están divirtiendo. Cuan-
do ensayan también se lo están pasado pipa, y
cuando actúan también. Juegan al papel de los
dioses: hacer realidad lo imposible.
P: ¿Es cierta la idea de la competencia que
supuestamente existe entre magos que nos ha
transmitido el cine a lo largo de los años?
R: El ambiente que se respira en el mundo de la
magia es muy bueno. Es de verdadera amistad.
Somos una gran familia. Aunque haya películas
que hablan de magia y de competencia brutal,
realmente los magos nos llevamos muy bien.
P: Tú has tenido a tu padre como referente pero
no sé si en la magia faltan referencias femeni-
nas...
R: Hay magas, y muy buenas, pero es cierto que
en comparación con los magos hay poquísi-
mas. Ahora en la escuela hay más niñas, chicas
y mujeres que antes. En los cursos de niños que
tenemos en la escuela hay cinco niveles, y sobre
todo en los cursos de niños más pequeños hay
más niñas que niños. No sé si ha influido alguna
película que haya animado a las niñas a aprender
magia –pienso en Harry Potter– o si puede ser la
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