Madresfera Magazine 18- Noviembre 2018 | Page 12

[ POST DESTACADO ] la vida cultural y artística y propiciarán opor- tunidades apropiadas en condiciones de igual- dad, de participar en la vida cultural, artística, recreativa y de esparcimiento. ¿CÓMO Y POR QUÉ SE HA VENIDO ROMPIENDO CON ESTE DERECHO DE LA INFANCIA? Pues básicamente desde una visión adultocentris- ta, se han transformado los espacios en lugares para la construcción vertical, pensados en la inmo- biliaria y el factor económico, pereciendo los luga- res sociales y de recreo. Si a esto le sumamos otros causantes económicos provenientes de la industria juguetera, que han primado el juego con juguete, frente al juego simbólico o de grupo, la publicidad, el impacto de la cultura digital a modo de videojue- gos, móviles, tablets, etc.; tenemos una transforma- ción paulatina del tipo de juego que ha reducido el tiempo al aire libre de los niños, que ha promovi- do conductas antisociales, y en definitiva una vida más sedentaria y menos lúdica. Yo no estoy en contra de la tecnología, ni de los videojuegos tampoco, pero no podemos obviar que el juego libre y en exterior promueve una serie de hábitos saludables que son innegables. De hecho ya hay estudios que relacionan la experiencia del juego al aire libre con toda una serie de cambios en las conexiones de las neuronas de la corteza prefrontal del cerebro, asociadas a las habilida- des emocionales, de planificación de tareas, de resolución de problemas, etc. De hecho el juego es el elemento que nos prepara para ser prosociales, para interactuar con los demás, para la vida; pero además, puede beneficiar nuestro conocimiento y mejorar resultados académicos (puedes ampliar esta información con los estudios del Doctor, pro- fesor de la Facultad de Lethbridge en Canadá y especialista en neurociencia Sergio Ellis, sobre el desarrollo cognitivosocial a través del juego aquí o aquí). Por otro lado, nuestro modelo de vida, basado en agendas apresuradas en las cuales consumimos ocio a la carta, reponemos tiempo familiar median- te extraescolares, apuramos los fines de semana a 12 • mama • NOVIEMBRE 2018 base de sobrestimulación, etc.; promueve que no se dé a lugar un juego de calidad. Al respecto de este planteamiento recomiendo esta entrevista de Diana Oliver para El País, a Andrés Paya, miembro funda- dor del Observatorio del Juego Infantil. El modelo de sociedad para nada conciliadora, prácticamente obliga a que nuestro sector más vulnerable se pase las tardes en jornadas interminables de extraescola- res en donde el juego ha desaparecido. Parace también, que otro de los factores que han propiciado esta desaparición de lo lúdico está relacionado con nuestro estilo de crianza. Por más difícil que me resulte reconocer un estilo sobrepro- tector, pues creo que hay mucho de prejuicio a la hora de juzgar los actuales modelos de ma/pater- nidad, todo parece indicar que el constante prota- gonismo que mantenemos como adultos mediante nuestras intervenciones en el juego, está apoyan- do también que se acabe el juego de calidad. De hecho, ya existen expertos que relacionan la falta de autonomía y control en el juego, de valoración de los riesgos por uno mismo, de afrontamiento de los conflictos entre iguales en la infancia, con el aumento de psicopatologías como la depresión o la ansiedad infantil. Como ves, toda una serie de factores que se suman para promover que nuestra infancia tenga un amplio retroceso en uno de sus derechos fun- damentales, el juego, desde que se reconociese su importancia educativa mediante la revolución industrial y la lucha por los derechos de los niños. Este dato me da que pensar mucho últimamente, me hace reflexionar sobre un cambio más necesa- rio que el educativo, un cambio que afecta a toda nuestra sociedad. Por este motivo, y viéndome muy implicada en lo que esto supone, escribiré y hablaré en el café, en la cena con amigos, con los colegas, sobre la importancia de erradicar esta Generación alúdica. Como madre, como docente, como ciuda- dana, considero que es necesaria una revolución que aúne el respeto por la infancia, por la concilia- ción familiar y por el cuidado de los entornos, pri- mando el derecho de los niños para que se desarro- llen de un modo óptimo. ■