sonas que les rodean y es ahí
donde entramos nosotros.
P: ¿Cuáles son las preocupa-
ciones más habituales de las
familias que llegan hasta vo-
sotros?
R: Las preocupaciones más
habituales no son otra cosa
que las anticipaciones que ha-
cemos todos cuando se nos
presenta algo que no espera-
mos. Los colegios se preocu-
pan de las reacciones de los
compañeros, de las familias,
de la seguridad de ese niño o
esa niña, las familias por su
parte tienen que hacer un tra-
bajo muy potente sobre las
expectativas
que
habían
puesto en sus hijos por el he-
cho de ser hombres o de ser
mujeres, expectativas que se
derrumban ante la noticia de
que su hijo o su hija es transe-
xual. Una palabra que en mu-
chos casos lleva la mente de
muchas familias a diferentes
escenarios, siendo producto
normalmente de los mitos o
creencias que muchas aso-
cian con la transexualidad.
las encargadas de trasladar
sus prejuicios a sus hijos sien-
do este el motivo por el que el
estigma y la discriminación
continua. Es cierto que no to-
dos los colegios, ni todas las
familias reaccionan de la mis-
ma manera pero existe un ele-
mento común que es lo que
más preocupa, los genitales.
“La identidad no
se diagnostica, se
respeta para que esa
persona pueda vivir
tal y como es”
P: Supongo que también hay
prejuicios…
R: Los miedos más comunes
por parte de las familias que
no entienden que exista la posibilidad de que su
hijo o su hija asista al mismo centro escolar, incluso
a la misma clase que un niño o una niña transexual
se reduce a un tema de genitalidad. Si hablamos de
una niña transexual, se escudan en que no quieren
que su hija comparta espacios comunes, como los
vestuarios, los baños, con una niña que tiene una
genitalidad diferente a la de su hija, en la mayoría
de los casos, son los adultos, profesores y familias,
34
•
mama
P: Mencionas la reducción del
tema hacia la “genitalidad”.
Dirías que, en general, y pese
a esto, ¿vamos estando como
sociedad más informados o
seguimos siendo una socie-
dad enferma de transfobia?
R: Vivimos en una sociedad
que se resiste a los cambios,
hay personas que se resisten
escudándose en que todo
esto se trata de una trama
ideológica, incluso hablan de
ideología, ideología de géne-
ro, faltando de esta manera el
respeto a la realidad de mu-
chas personas, plantando la
semilla de la intolerancia y el
odio, simplemente por lo que
ellos creen que significa la
transexualidad. La transexua-
lidad no se educa, las perso-
nas no se hacen transexuales.
La familia, el colegio, el entor-
no social, la educación, no
hace a nadie ser transexual,
se nace siendo transexual, así que da igual que tra-
ten de “exterminar” o negar la existencia de tantos
seres humanos, todos los esfuerzos por vencer a
esa llamada por algunos “ideología”, serán en vano
y no solo eso, sino que ellos mismos no tardarán en
echarse las manos a la cabeza por el daño causado.
Mucho sufrimiento y dolor, todo por desconoci-
miento, todo por algo que parece que provoca ver-
güenza, unos genitales.
• NOVIEMBRE 2018