manera objetiva. Para Natalia
Aventín Ballarín, presidenta de
Chrysallis, no puede haber datos
de personas transexuales igual
que no hay datos de personas ho-
mosexuales porque “la identidad
es algo que corresponde a la inti-
midad de las personas y es difícil
de cuantificar”. Apunta que si
bien en la web de la asociación
intentaron hacer una aproxima-
ción, reconoce que se basa en da-
tos dispares de algunos estudios.
La ausencia de estadísticas tam-
bién se explica porque no esta-
mos ante una patología cuya pre-
valencia se pueda cuantificar.
“Sobre la identidad no hay “sínto-
mas” sino que cada niño y cada
niña va a ser niño o niña a su pro-
pio estilo, dentro del contexto de
todo su cuerpo. Como no es un
trastorno, ni una alteración, ni una
enfermedad, no hay síntomas a
los que haya que estar alerta”, se-
ñala Almudena Herranz, para
quien es importante destacar que
la transexualidad no se diagnosti-
ca, ni por parte de los médicos ni
de las familias en base a una serie
de supuestos ítems o característi-
cas.
Dado que la identidad sexual no
es una patología, tampoco es ne-
cesario un “tratamiento”. Y ni mu-
cho menos una cirugía genital o
un tratamiento hormonal si no es
deseo de la persona en cuestión.
Para muchos niños (y adultos)
basta con vivir socialmente de
acuerdo a su identidad sexual;
algo que puede pasar por una
modificación del nombre, la ma-
nera de vestir o el uso de las insta-
laciones públicas o comunitarias,
niños, solo que en este caso quie-
nes les rodeamos estamos mu-
chas veces medio despistados”,
cuenta la responsable del área de
Transexualidad e Infancia en Se-
xorum.org.
“La
transexualidad
no se diagnostica
en base a
una serie de
supuestos ítems”
pero que sobre todo requiere de
la comprensión y del correcto
acompañamiento de su entorno.
Es lo que se conoce como el trán-
sito. “Las familias y los profesores
tienen que comprender mejor la
transexualidad
para
poderles
acompañar con mayor seguridad.
A los niños no les pasa nada, sólo
están entendiendo el mundo des-
de quiénes son. Como el resto de
La información es clave para en-
tender qué es y qué no es la iden-
tidad sexual. Entre los mitos más
arraigados en torno a la transe-
xualidad, según Natalia Aventín,
destaca la idea de que se trata de
personas que viven en el cuerpo
equivocado. “Los mitos siempre
vienen condicionados por el cise-
xismo, es decir, que las personas
cis son las correctas, tienen el
cuerpo correcto, saben identificar
su identidad correctamente, no se
van a arrepentir de quienes son y
su identidad es estable; al contra-
rio que las personas trans, que tie-
nen cuerpos equivocados, son de-
masiado jóvenes para identificar
su identidad, se pueden arrepentir
de quienes son o viven una fase
que se pasará”, explica. Lo cierto,
para la presidenta de Chrysallis,
es que estos planteamientos son
erróneos por la “sencilla” razón de
que las personas no pueden tener
cuerpos equivocados, ya que “la
identidad es algo que nos viene
incorporado dentro de la perso-
nalidad y aunque evidentemente
la socialización nos influye, no nos
cambia”.
También la educación es impor-
tante, tanto en el entorno familiar
como en el escolar. Educación
que debe partir de dos premisas
fundamentales y aplicables a
otros muchos ámbitos: el valor de
la diferencia y la educación sexual
NOVIEMBRE 2018 •
mama
• 29