[ HISTORIAS PERSONALES ]
D
urante una ecografía rutinaria Sonia
Morejón y su pareja supieron que algo
iba “diferente” al primer embarazo de
su hijo mayor: las medidas del húme-
ro y el fémur no concordaban con el
tiempo de gestación por lo que debía tener un
control ecográfico más exhaustivo para poder ir
adelantándose a posibles problemas e imprevistos.
“Me realizaron una amniocentesis de urgencia a
los siete meses de gestación, tras la que pudieron
descartar varios síndromes, pero hasta el nacimiento
no se pudo avanzar más”, explica a MAMA la autora
del blog La sonrisa despeinada, madre de dos hijos.
Cuando nació su hija menor, que ahora ha cumpli-
do dos años, y tras multitud de pruebas, encontraron
evidencias de una displasia ósea que parecía con-
cordar con una displasia cleidocraneal, una enferme-
“Cuesta explicar a
la familia que no hay
ningún medicamento ni
tratamiento milagroso,
que no se va a curar”
dad genética rara que suele caracterizarse por una
talla baja y que afecta principalmente al desarrollo
normal de las clavículas y de los huesos del cráneo,
especialmente los relacionados con la dentición.
“Esos son los rasgos comunes, luego cada caso
puede tener sus variantes y sus grados de afección”,
explica Sonia, quien confirmó el diagnóstico de su
hija a los 18 meses tras un análisis genético.
ENERO 2018 •
mama
• 21