Madresfera Magazine 12 - Septiembre 2017 | Page 71
[ CULTURETA ]
dados. Las feministas italianas de
los años setenta también hablaban
de esto, pero se dieron cuenta de
que era una ficción, de que tú no te
puedes liberar de los cuidados, ser
como un hombre. Me sorprendió
mucho que en 2017 una mujer de
este país defendiese esas medidas.
En ese sentido, las feministas del
mundo latinoamericano, por venir
de donde vienen, por ser muchas
veces indígenas y venir de mundos
donde lo comunitario tiene mu-
cho peso, son las que de verdad
saben hablar de esto, de cómo los
cuidados son un problema común
y deberían tratarse como tal, re-
insertarse como algo vital para el
funcionamiento de la sociedad.
ledad en la que se vive hoy en día
la crianza.
CL: Totalmente. La experiencia de
la vulnerabilidad básicamente la
tienes al ser padre o madre. Porque
además estamos metidos también
en ese estereotipo de que los hijos
son tu problema y de nadie más.
Nos están haciendo creer que es
así. Tal y como está organizada la
sociedad, cuando tienes un hijo,
“tú te lo has buscado” (risas). Pero
creo que hay gente que cree que
podemos dar una vuelta a ese pa-
radigma individualista. Yo no creo
que un niño pueda crecer media-
namente sano y hábil en la socie-
dad si solamente lo crían su madre
y su padre. Necesita muchas más
referencias a su alrededor. Y como
las familias extensas que teníamos
antes se han roto, nos tenemos que
crear nuestras tribus urbanas. Pero
creo que hay veces que la resisten-
cia a esas tribus las tienen las propias madres y padres.
“Tener hijos hoy
en día en una
gran ciudad es
un riesgo, es
lanzarse a la
soledad más
absoluta”
AC: Precisamente, en ese cambio
de paradigma provocado por la
crisis del que hablábamos tam-
bién ha traído consigo el resurgi-
miento de las comunidades y de
la necesidad de las tribus como sostén del individuo.
¿Estamos más necesitados que nunca de comunidad
y de tribu, de sentirnos parte de algo?
CL: Yo creo que sí. Es una necesidad básica del indivi-
duo el tener una comunidad. Sin embargo, dentro de
este mundo de hiperindividualización y competitivi-
dad absurda en el que estamos insertos, tendemos a
ocultar eso. Pero cuando llegan momentos de flaque-
za y de crisis económica te das cuenta de que estás
muy necesitado de comunidad. Hoy hay una tendencia
a buscar esa tribu que responde, en gran medida, a
que las formas de vida que hemos creado en los gran-
des núcleos urbanos no son satisfactorias
AC: Creo personalmente que esa necesidad la ex-
perimentamos sobre todo al ser padres. Como bien
apuntas, “la primera crianza necesita de una red, que
no está provista casi nunca”. Hace un tiempo escri-
bí un reportaje titulado maternidades líquidas para
hablar precisamente de esa falta de red, de esa so-
AC: Tras leer tu libro, me queda clara una cosa, hay
que radicalizar los cuidados, sí o sí. ¿Por dónde de-
bería pasar esa radicalización para Carolina León?
CL: Todo lo que pueda significar que el cuidado no lo
provean las de siempre, que el cuidado no sea un auto-
matismo asignado a ciertas personas, sería radicalizar.
Una de las frases más maravillosas que alguien me dijo
para el libro es que a veces hay que moverse de un
lugar para que todo lo demás se mueva. Eso las femi-
nistas lo han hecho mucho, pero después hay que ir un
poquito más allá. No basta con decir solo “yo no voy
a cuidar”, porque al final el cuidado siempre va a ser
una tarea de todos que te va a regresar a lo largo de la
vida, sino que hay que trabajar mucho alrededor, con
cada una de las relaciones que tenemos en nuestra
vida cotidiana, para socializar, distribuir de otro modo
y hacer del cuidado una tarea tan importante como
cualquier otro asunto productivo. ■
SEPTIEMBRE 2017 •
mama
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