No es exagerado afirmar que
en los últimos 30 años nuestro
estilo de vida ha empeorado
a un ritmo vertiginoso.
Y no sólo en cuanto a la
alimentación. El sedentarismo
y la “normalización” de hábitos
como el tabaquismo o el
alcoholismo contribuyen en
gran medida a que, como
bien recoge el último informe
de noviembre de 2015 de
la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE) titulado
“Health at a glance”, vivamos
más pero lo hagamos en un
cuerpo enfermo.
JULIO 2016 •
mama
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