Unidad 2.1
Los ecosistemas
de montaña
y la Agenda 2030
para el desarrollo
sostenible
Los ecosistemas andinos son únicos y frágiles por
efectos de la topografía y clima de las montañas. Si
bien son múltiples los beneficios que brindan a las
poblaciones que viven dentro y fuera de ellas, son
sus excepcionales funciones de regulación hídrica
y mantenimiento de una alta calidad del agua las
que sobresalen y son más valoradas. Estas fun-
ciones se basan en las relaciones y equilibrio que
establecen la vegetación, el suelo y el agua, en el
contexto del ciclo hidrológico.
Este equilibrio se visualiza y comprende mejor en
unidades de territorio denominadas cuencas, las
cuales están definidas como aquellos espacios
geográficos cuyas aguas, por efecto de la pendien-
te, desembocan en un curso de agua y finalmente
en el mar.
Siendo el agua el elemento unificador y común en
una cuenca, es fácil entender los efectos que su
uso y manejo generan en las poblaciones asenta-
das a lo largo del gradiente altitudinal que existe
desde la cima de las montañas hasta las zonas cos-
teras. Así, el agua conecta la salud pública, la segu-
ridad alimentaria, la energía, la educación, servicios
culturales y de recreación, el crecimiento económi-
co y la captación de carbono. Ahí su importancia
en el desarrollo sostenible de un país.