M O L A - ESPECIAL VERANO 4 | Page 50

desde otro enfoque. Hago un cuestionario muy largo donde entran definiciones como amor, odio … esas son a veces las que no contestan y justamente son las que yo quiero que respondan.
¿ Cuánto tiempo se necesita para poder disfrutar de un jardín?
Un jardín se puede disfrutar a los 14 años. Un señor grande que tiene mucho dinero me dice:“ Mirá Cristina, yo a esta altura de mi vida no puedo esperar 60 años por un árbol ¿ me los ponés de 60 años?”, y yo le digo: ¡ por supuesto! Todo esto ya está inventado, hay grúas, ingenieros, asesores, toda una logística fabulosa. Uno trabaja entre el cielo y la tierra, y en el medio hay una casa con un cliente, una proporción áurea, todos esos ingredientes dan el resultado final. una camioneta con 8 tipos. En ese momento pasé a ser una profesional, trabajé un año, fue la única vez en mi vida que trabajé en relación de dependencia. Después entro en talleres de arte y empiezo a hacer pequeños jardines, balcones, o los FOA que fueron muy vinculantes y un día pasé a tener clientes fabulosos. Creo que el secreto es que nunca me torcí de canal, siempre seguí en la misma dirección.
Desde tus comienzos donde no existía esta profesión hasta ahora, ¿ qué sentís que fue cambiando?
El paisajismo estuvo muy atrasado, antes comprabas una casa y tenías un jardinero. O se ocupaba un arquitecto que tenía un rol y una figura determinante. El paisajista entra para verlo desde otro lugar. Yo odio la moda, me pongo lo primero que se me ocurre, me incomoda la moda, pero de verdad pienso que a veces las modas que a me incomodan ayudan a que algo ingrese. Creo que mucha gente entró al paisajismo por moda, tuvo un poco que ver. Pero creo también que hay un cambio de conciencia en la gente, desde lo urbano hasta en la alimentación.
Tenés un sistema de trabajo particular, con entrevistas y cuestionarios a cada cliente ¿ cómo funciona?
Trabajo desde el alma del cliente. A veces el cliente puede ser un personaje hermético donde no le interesa nada y desde ese lugar tengo que hacerlo todo, pero me pasa pocas veces. En general mis clientes son hombres que saben muy bien lo que quieren, y desde ese lugar yo puedo rascar y llegar al alma, y cuando llego al alma me entero de todo, desde que le pasó en su infancia, que le pasó con los perfumes … cuando alguien te da ese espacio, que es su lugar en el mundo, es otra cosa, se puede trabajar
¿ Cuándo alguien ve tu obra puede decir que tiene un sello propio?
Yo no me repito, mi estilo es la libertad. Cada lugar me despierta una cosa diferente. Necesito contar algo con la obra, si no logro transmitir un sentimiento es una obra vacía y me aburro mucho. Si puedo emocionar a una sola persona de la familia ya siento que saqué la grande.
¿ Qué opinión te merece el minimalismo?
Es la época del menos es más, siempre trato de usarlo como consigna.
¿ Es verdad que no tenés auto y te movés en bicicleta?
No tengo auto, tengo bicicleta. Ahora mi estudio está en mi casa. Y me gusta disfrutar de los momentos que tengo, al punto de pensar en vender mi cama y hacer un taller … un amigo me dijo“ estás muy loca.” Es que tengo muchas cosas en mi casa y necesito un taller, me gusta reglar pequeñas obras de arte hechas por mis manos y para eso necesito un lugar. Tengo tantas, tantas cosas que cada amigo que llega a casa se anota en“ El cuaderno de las lechuzas” con que se va a quedar el día que no esté.
Los sombreros son un sello que te identifican, ¿ te gusta tanto usarlos?
Los sombreros( se ríe)…. es que nunca me animé a cortarme el pelo y siento que dan vida. Creo que tengo 300 y no paro. Tengo algunos sombreros que son muy ridículos. Te colocan en otro lugar, son armoniosos.
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