BOFEDALES
o turberas
El agua fresca y medianamente salina de los
bofedales proviene de agua subterránea aso-
ciada a riachuelos que se originan de glaciares,
derretimiento de nieve y lluvia. Estos bofedales
son entidades únicas, extremadamente frági-
les por su dependencia del agua, sensibles a
los cambios climáticos y vulnerables a la alte-
ración humana, como es el caso de la actividad
minera en la región.
Dichos ecosistemas alcanzan en este paisaje
su mayor extensión y representatividad dentro
del conjunto de los Andes Tropicales. Al igual
que los páramos, las turberas o bofedales están
marcados por la influencia de bajas tempe-
raturas y humedad ambiental que reducen
drásticamente las tasas de descomposición
de materia orgánica, por lo que acumulan
cantidades importantes de carbono orgánico
(aproximadamente 500 toneladas/Ha), lo cual
contribuye en su alta capacidad de regula-
ción y provisión de agua. Esto ha estimulado
la agricultura semi-intensiva y el desarrollo de
pastizales para la crianza de ganado vacuno,
vicuñas y alpacas.
Turbera de almohadillas de Distichia muscoides. Los Nevados, en los Andes centrales de Colombia, 2003.
Foto: R. Hofstede