Estilo de Vida vs Estilo de Trabajo
Marco Ayuso
Si ya has leído mi historia, sabrás que en algún momento, después de terminar la Universidad, trabajé para un par de empresas. Un sueldo “seguro” y la oportunidad de aprender fue lo que me motivó a hacerlo (y claro, la presión social también).
Mi vida era realmente miserable. Tener que despertar muy temprano, desayunar cualquier cosa y pasar más de una hora en el tráfico para llegar a encerrarme en un cubículo todo el día sin tener idea de lo que sucedía afuera. Por la tarde/noche, manejar otra hora de regreso, ver un rato a mi novia y tratar de ir a dormir temprano para no estar muy cansado al siguiente día… ¿para qué? ¡Para hacer exactamente lo mismo!
5 años después, soy dueño de mi tiempo, trabajo desde mi casa y literalmente hago 3 segundos a mi oficina. Amo mi trabajo y podría pasar haciéndolo 24 horas los 7 días de las 52 semanas del año. Si tengo que viajar, o quiero viajar, lo puedo hacer, pues mi trabajo está donde esté mi laptop y una conexión a Internet, o en mi teléfono móvil. Todavía no tenemos hijos, pero cuando los tenga, sé que voy a poder ir a todos los festivales y fiestas, sin tener que pedir permiso. ¿Lo mejor de todo? Es que me pagan por hacer lo que amo.
La diferencia entre un escenario y otro, es que el primero es lo que yo llamo un Estilo de Trabajo, y el segundo, un Estilo de Vida.
Un estilo de trabajo es, dicho de forma simple, cuando tu vida gira en torno a tu trabajo. Vives para trabajar. Normalmente, es una vida caótica, llena de estrés y agotamiento. No te alcanza el tiempo para lo que quieres (y tienes) que hacer, y mucho menos para lo que te gusta hacer. Llega el fin de semana, y lo único que quieres hacer es descansar. Te falta energía. Te falta pasión y sentido. Tienes que pagar tus cuentas, tus gastos, vamos, necesitas el dinero… así que mantienes ese trabajo, o brincas de uno a otro buscando el que te pague mejor.
El problema de tener un estilo de trabajo es bastante claro, ¡no estás viviendo! No estás disfrutando tu vida y, seguramente, te estás perdiendo de todo lo que es en verdad importante, como tu familia, el tiempo que pasas con ellos, ver crecer a tus hijos, salir de vacaciones, tu salud, etc.
Por el contrario, el mayor beneficio de un estilo de vida es que tienes la libertad para enfocarte en lo que es más importante para ti. Desde tu actividad diaria (trabajo) hasta el hecho de hacer ejercicio, pasar tiempo de calidad con los tuyos y enfocarte en crecer en todos los sentidos. Tener un estilo de vida implica que tienes el tiempo de hacer lo que quieres hacer, y claro, percibir un ingreso a cambio, no sólo económico, sino emocional, como escribí en los 2 tipos de ingreso que debes buscar.
Ahora, no estoy diciendo que sea sencillo hacer el cambio de un estilo de trabajo a un estilo de vida, pero el primer paso es aceptar que no estás satisfecho(a) y darte cuenta que la vida es muy corta como para no disfrutarla al máximo. Tampoco estoy diciendo que tienes que “aventarte a lo borras”, renunciar y dedicarte a tu pasión (aunque si eres de los que les gustan las emociones fuertes, tal vez sería lo mejor que podrías hacer), pero lo que sí tienes que hacer es:
1. Tomar la decisión de hacer algo al respecto.
2. Hacer un plan para hacer el cambio de forma gradual.
3. Obtener el apoyo y soporte necesario para lograrlo.
De los 3 puntos anteriores, el más importante es el primero: tomar la decisión.
Así, te invito a que analices dónde estás en este momento, ¿vives para trabajar? ¿trabajas para vivir? ¿o estás en algún punto intermedio?