LíderSoy Enero 2014 | Page 18

Este tipo de situaciones no le ocurren unicamente a personas de alto perfil, obviamente. Conocí a un timpo que tenía una aventura, la terminó sin decirle nunca a su esposa y esperó poder seguir con su matrimonio como si nada hubiese pasado. Pero la esposa siempre tuvo sus sospechas, así que cuando finalmente descubrió, años después, lo que había pasado el resultado fue mucho peor. Ya no sólo estaba molesta por sentirse herida por el amorío, sino que estaba dañada la relación aún más alla por saber que el le había mentido durante años. Y aún cuando siguieron juntos, este hecho volvió aún más difícil poder re establecer la confianza en una situación ya de por sí complicada.

En todos estos casos, el hombre trató de retrasar el dolor, con la esperanza de nunca tener que lidiar con ella. Era una apuesta, y si bien en el caso de Penn State y del marido infiel, "ganaron" la apuesta - El secreto no se descubrió de inicio - ya habían perdido lo más valioso, una conciencia libre y clara.

Si realmente no quieres ser un abogado, y prefieres ser músicao, entonces es mejor que se lo digas a tus padres ahora, en lugrar de tirar a la basura miles de pesos en la escuela de leyes. Si cambiaste tu sentir por tu prometida, dicelo ahora, no el día de la boda. El dolor ahora es mucho mejor que el dolor diferido.

¡Arrancate el Curita!

¿Hay algo que necesitas hacer pero estas demasiado asustado/nervioso/desmotivado para hacer?

Tal vez sea algo serio o algún error etico que debes confesar a alguien. Tal vez necesitas decir a tu molesto compañero de cuarto que es tiempo de mudarse. Tal vez es un monton de papeleo que está esperando desde hace un mes en tu escritorio para que lo termines.

Cualquiera que sea el caso, te reto a que te arranques el curita. Y me refiero a ahora mismo. Si te puedes encargar de ello, entonces pon las cosas en movimiento - manda ese email o toma el teléfono y has esa cita. Haz algo que te asegure que no hay vuelta atrás en arreglar ese asunto.

Lo que me ayuda a mi cuando siento miedo de actuar es mirar el reloj. Me digo a mi mismo: Son las 8 de la noche, las próximas horas me sentiré realmente mal, pero son una pequeña fracción de mi vida entera. A las 8 de la noche de mañana, todo habrá terminado y no tendre que volver a pensar en tomar esa decisión.

Así que hazlo, amarra el hilo al diente y a la perilla de la puerta y toma un gran respiro.

Enfrenta el dolor dignamente hoy, para que puedas vivir dignamente mañana.

¡Arrancate el Curita!

2da Parte

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