Pero también lo es su contrario, el sistema no habrá de dejar huecos en su estrategia de domino. En el caso de los gordos, feos, chatos, etc., se usa el consabido y fácil discurso de la autoestima:“ ámate a ti mismo tal cual eres”. Me parece que en este discurso políticamente correcto el sistema desplaza al filosófico“ conócete a ti mismo” al campo de lo indeseable y es sabido que sólo a través del auto-conocimiento se logra la genuina y temida autonomía del ser. Este mecanismo de control puede apreciarse en publicidades que usan gente de talla XL, como claro ejemplo de otra forma de dominio del cuerpo. Esta manipulación que asegura la cooptación de lo diferente también la he podido observar en obras“ pachamamistas” 5 que acuden a cuerpos con‘ rasgos indígenas’ para finalmente banalizar las luchas y reivindicaciones sociales. Es que parece que el sistema se adelanta casi en todo, y el cuerpo es el medio perfecto para lograr su máximo control social. Y la danza, por usar precisamente el cuerpo para expresarse, sufre, antes que cualquier otro arte, los efectos de las estrategias maquiavélicas de vigilancia y dominio sociales. Ahora bien, en épocas de las redes sociales, los efectos del dominio son bastante llevaderos. Tal el caso por ejemplo del Facebook que promueve la creación de una relación personal narcisista, a través de la publicación de fotografías de tono erótico. En danza, las fotografías de este tipo se usan para las invasivas publicidades de las obras, pareciendo la obra el justificativo perfecto para desplegar públicamente el logro sexual que el cuerpo ideal confiere( Bordo, 2001). Esa presión narcisista se extiende al movimiento, expresión básica de la danza. Así, se sobrepone la pose o bailar para las fotos, y a veces es más importante el comentario sobre la fotografía de una bailarina que sobre la obra que ejecutó 6. De esta forma la imagen y la reproducción le han ganado al movimiento y a la diversidad. Despertar una especie de deseo sexual mezclado con un discurso políticamente correcto de inclusión social sería el tono de hoy en día. Por eso varias obras parecen ser creadas para la admiración de físicos sistematizados y contenidos fáciles donde importa menos lo que se comunica y más“ que todo se vea bonito”.
Danza y Estado, políticas culturales, premios, becas
Por otra parte, me pregunto cuál es el atractivo que siente un artista que decide apoyar un proyecto público, más aún si éste promueve el despilfarro institucional y genera el adormecimiento político en el ámbito artístico, tal como sucede, por ejemplo con el Rally Dakar, tenido como‘ cultural’ por el Estado boliviano.
Algunos textos de aproximación a las políticas culturales me han indicado que este es un tema sobre el cual han reflexionado filósofos y críticos de arte. Estas reflexiones tienen en
5 Termino que me presto de los sociólogos, con el que califican la folklorización de lo indígena, en un uso que vacía los contenidos alternativos indígenas, precisamente al cosificarlos en la forma.
6 Y no desdeño, claro está, el arte de la fotografía.
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