La mujer que despertó
cariño, amor, lástima y compasión.
La mujer que supo concebir después de
una golpiza, y parir con hambre y tristeza
de saber que su hijo no tenía ropa.
La prosa más triste para
la mujer que supo llevar
la carga de ocho hijos en su vientre,
a pesar de la pobreza
y el maltrato físico y verbal.
La mujer que lloró
bajo el piso de su casa atada
por culpa del alcohol de su pareja.
Un ave con las alas rotas
sin plumaje, por ser marginada y pisoteada,
un ave bella, que equivocó
su vuelo y cayó en un infierno.
Es la prosa más sincera
que yo dedico hoy a ella,
que la vida no le dio felicidad
porque su necesidad
la mantuvo en una cueva.
Ocho hijos que vieron de todo,
desde una palabra bonita,
hasta los gritos más horrorosos;
vieron correr a su madre por cafetales,
para cortar un guineo
y llevar a la mesa.
Problema más hijuemadre
es el alcoholismo,
se lleva a todos en las patas
sin importar a quien se lleva;
lo sufre quien se lo toma
porque sin él se vuelve loco,
y termina destrozando
a una familia completa.
Mujer que luchó en vida
por los hijos que Dios le dio,
sin dar tregua a la enfermedad
que de niña heredó,
con asfixia por su asma
que al hospital la mandaba,